Massa daría un paso al costado y no participaría de
las elecciones de Octubre
Sergio Massa
empezó a recorrer el camino hacia no participar de las próximas elecciones
legislativas. Delante de varios dirigentes bonaerenses que lo siguen, el
intendente de Tigre desarrolló días atrás la siguiente argumentación: al
haberlo criticado en su discurso ante la asamblea legislativa, CFK lo ungió como
su antagonista en la interna del PJ, lo que le daría -según su interpretación-
un fuerte posicionamiento para el 2015. Agregó que su rival en la lucha por la
presidencia, Daniel Scioli, está
condenado a desgastarse electoralmente porque debe dar permanentemente muestras
de lealtad cristinista a cambio de que el tesoro nacional no desfinancie a la
provincia. Por último, sostuvo Massa
que las encuestas lo muestran en un crecimiento sostenido y que esta tendencia
se afirmaría aunque él no sea candidato para octubre. Otras fuentes dan una
interpretación distinta del inminente
paso al costado del tigrense. Señalan que éste intentó vanamente en los
últimos días que Francisco de Narváez
lo apoyara como cabeza de la lista para diputados nacionales y que también tanteó
el terreno para que el kirchnerismo corriera al segundo lugar a Alicia Kirchner para ungirlo a él como
primer candidato, gestión que también habría fracasado. También hay otras
interpretaciones, como por ejemplo que los graves incidentes que se registraron
en la barra brava de Tigre le habrían hecho entender a Massa que él podría
terminar igual o más presionado que Marcelo
Tinelli, que también estaría dando un paso al costado, pero en este caso
para renunciar a llevar este año a la pantalla el ciclo Gran Cuñado, que podría
influir en las tendencias electorales.
La cuestión es que, sean las
razones unas u otras, el mercado político se está adelantando con sus
reacciones a la salida de carrera de Massa.
Es así que Mauricio Macri y De Narváez aceleraron las
conversaciones para reconstruir la alianza que alguna vez los unió. Esta
decisión no es fácil para ninguno de los dos. El empresario ya se había
comprometido con Scioli a presentar
listas que servirían de muleto para candidatear a los amigos del gobernador que
seguramente serán marginados por el cristinismo. Sin ir más lejos, Pepe Scioli tendría un rol estelar en
este armado. Alejarse de Scioli sería entonces una jugada de alto riesgo para
De Narváez. Es que si el 27 de octubre el Frente para la Victoria hace una mala
elección, el gobernador podría convertirse rápidamente en el vértice del
peronismo. En cuanto a Macri, las
señales de que Massa no participará
en la contienda son excelentes, porque éste sería un peligroso captador de
votantes de centro derecha que el PRO considera propios.
Scioli con pros y
contras
En las filas K, las señales
de que Massa no cruzará las
fronteras de Tigre son recibidas como un éxito, porque no hay duda de que unos
cuantos dirigentes del oficialismo estaban detrás de la aventura electoral de
aquél, bajo la batuta de Felipe Solá
y Juan José Álvarez. El gobierno no
cambia su manual y apuesta a una polarización entre Alicia Kirchner y el candidato del PROperonismo, con la alianza entre la UCR y el FAP peleando el
segundo lugar.
En cuanto a Scioli, el efecto que sobre su
situación tendría la muy probable salida de Massa admite matices. Por un lado, el gobernador bonaerense se
encontraría aliviado, porque un gran resultado electoral de Massa le complicaría la consolidación
de su candidatura presidencial. Pero también están las consecuencias negativas. Sin Massa en la pista electoral, la
presidente tendría más espacio para su juego preferido: martirizar a Scioli llevándolo permanentemente al
borde de la ingobernabilidad a través del cepo financiero que cada tanto se
afloja para evitar que la provincia estalle. A esta altura un maestro en estas
artes, el ex motonauta parece condenado a seguir explotando hábilmente su
victimización.
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