En Brown esperan órdenes de un
General fantasma
Por: juan Jose Alarcon y Figueroa
Durante
la guerra de secesión de los Estados Unidos, librada entre hermanos en los
años 1861 y 1865, existieron múltiples
batallas, muchas históricas otras épicas y algunas pirricas , en tiempos donde
la comunicación no era la mejor, abrazar la religión y encomendarse a creencias
poco comprobables, formaban parte de la superviviencia humana, para entonces
los muertos se contaban de a miles.
Al llegar al final de la guerra y por la
escasa cantidad de milicias a los
sureños no les quedaba otra que formar guerrillas, fue así que convirtieron gran parte del territorio de Misuri en un campo de batalla sangriento e innecesario,
no solo por estar en el umbral del final, sino por que nadie comandaba a esos andrajosos
soldados, sin munición enfermos e incluso mutilados, la gran mayoría de los
generales estaban muertos o presos en el norte, solo “recibían” ordenes de un
general con la particularidad de que se trataba de un fantasma.
Entonces
de quien recibían la orden de contraatacar o replegarse?, existen testimonios
de guerra de parte de varios soldados que sobrevivieron a esas batallas, donde
aseguran ser visitados por la noche por la figura de un general fantasma que
les indicaba como y cuando atacar, según un párrafo publicado por el periódico
The West Journal Empire , el soldado confederado Gregor Smith de 17 años, relataba, como en las noches se reunían las milicias alrededor de un supuesto brujo indio y
luego de un ritual encomendaba la presencia de dicho general fantasma.
Ningún
historiador actual y mucho menos los mandos de Unión, pudieron dar explicación
del como un grupo de mal armados milicianos sureños pudo resistir casi 90 batallas contra
batallones completos del bando de la Unión.
Algo
parecido pero sin las consecuencias letales, sucede entre los bandos antagónicos
del Frente Renovador, principalmente en Alte Brown.
A poco de
librarse la batalla de las paso, el general Sergio Massa se encuentra ausente,
lejos, muy lejos de toda confrontación, arriba de un pedestal de mármol de
Carrara emerge cual ilustre comandante
con su penacho lustroso y mirada lejana.
La
imaginación se apodera de los bandos en uno más que del otro, el más acólito de
los creyentes es el ex intendente Daniel Bolettieri, cuestionado y devaluado
que afirma ser bendecido por su comandante de mármol, dice escucharlo, pero en
su interior sabe muy bien que no le favorece entrar en batalla, no resistiría
mas de dos horas de fuego batiente, tampoco resiste archivos y su denodada confrontación con los medios le juega en
contra, lo hace mas vulnerable.
Bolettieri
y sus huestes saben que enfrentar a Serrano,(su archirival) no será tarea fácil
y confía que en algún momento llegaran refuerzos mas allá del río Tigre, una
efímera quimera que solo vive dentro de su cabeza y se ilusiona con la
imagen del general fantasma llegando en
un brioso corcel inmaculado, portando las cartas de paz y el mensaje de unión
entre las partes beligerantes .
El temor a
la derrota en una lucha desigual no es tan fuerte como el destierro político,
seria el final de sus aspiraciones, ya nada seria lo mismo, no tendría espacio
de retorno, por dos razones lógicas, primero la biológica y segundo que ninguna
otra fuerza lo alistaría, ya que transito por todas y en todas cometió el pecado
de no ser lo suficientemente leal, por eso ya varios de sus lugartenientes
están iniciando conversaciones con otros bandos, buscando refugio antes de que comience
la capitulación desenfrenada.
El general
fantasma del FR, merodea las calles de
Brown, muchos dicen verlo, otros los mas escépticos no lo descartan, pero
siguen sosteniendo la negación de una
interna y esperan la fantasía de que la
lista unidad es posible.
Pero todo va
camino a una contienda fratricida e inminente, por un lado los comandados por
Mario Serrano por el otro el batallón incipiente de Bolettieri y un tercero en
discordia que nunca se supo con certeza donde esta parado, pero seguramente y como sucede siempre levantara el blasón de quien resulte vencedor, la madre de todas las batallas Massista se acerca, contundente e inapelable .