¿Desea conservar a su suegra embalsamada?
By Ricardo Jorge Pareja
¡No me mire con semejante
cara de culo, no me mire! Es una posibilidá a la que puede o no echar mano,
como para compensar el haberle echado tantas veces de su casa. Le digo más. Si
no se pone de moda en toda Latinoamérica, lo habilito para que sea Ud. mismo
quien me entregue el carnet que me acredite como el boludo crónico de la
década. ¡Hablando de boludos crónicos!… dijo el Excelentísimo Señor Presidente
de la República
de Bolivia (sic): “Estoy casi convencido de que envenenaron al compañero
Chávez”. ¡Y diga que tuvo la prudencia de decir “casi convencido”, como dejando
entreabierta la puertita de la duda, ¿comprende? ¡Mejor así; de otra manera, el
título de boludo de la década, a éste no se lo arrebataba nadie!
Y le aseguro que boludos hay
a montones. Como los que hicieron correr la bola de que La Señora se había tomado el
raje de Venezuela, consecuencia de la llegada del amigo Presidente iraní. ¡Nada
que ver! El raje de La Señora
tuvo que ver con los siete días que se sumaron a los ya prolongados funerales
de Hugo Chávez. El encontronazo lo tuvo con el “dolobu” de Maduro, a quien hizo
saber que el tiempo agregado no le daba margen para despedir al compañero
Bolivariano, en el honor que le había sido concedido. ¡Ahora quiero ver quién
se anima!, porque probado está que al Evo no le da el inteleto; la Dilma es demasiado práctica
y por ahí se descuelga con un “adeus Huguiño”; Piñera no ofrece ninguna
garantía; Correa todavía no quiere terminar de quemarse; al iraní nadie podrá
entenderle un jocara; a Maduro no le corresponde por protocolo, así se caguen
en los protocolos y las Constituciones. ¡Me queda uno solo!… como de fierro, le
diría. ¡Todas mis fichas a Mujica!, con un caudal de oratoria muy inferior al
de La Señora ,
pero que podrá compensar con la parsimonia que lo caracteriza. Si de llenar
espacio y huevos se trata, ¡primero él, sin duda!
Y ahora que hablo de él, me
viene a la memoria “Él”. Porque cuando menos que yo sepa, no lo embalsamaron…
¡a nadie se le ocurrió! Mucho nombre de avenida, mucho de calle, mucho
monumento, tremendo mausoleo, ¡pero así como jamás lo vimos muerto, jamás lo
podremos llegar a ver!… ¡Nada! ¡Nada… no me venga con estupideces! ¿O acaso
quiere formar parte del concurso de boludos crónicos?
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