Bienvenidos

Diario "Visión ", fundado el 16 de Junio de 1990 por Juan Jose Alarcon y Figueroa/ Edicion en papel de distribución libre y gratuita/ Email: diariovision24@yahoo.com.ar
" Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión ; Este derecho incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones, opiniones y de difundirlas sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión".Art 19 de la declaración Universal de los derechos Humanos .

martes, 9 de noviembre de 2021

INSEGURIDAD PRIVADA

 Inseguridad


Inseguridad privada: ¿Realmente usted cree que está seguro?

En el marco de la crisis institucional, económica y social que afronta el país, después de la pandemia mundial que resintió a niveles récords varias actividades económicas, y poniendo en consideración los hechos  violentos que se desarrollaron hace menos de un mes en la sede sindical del gremio UPSRA dónde una facción intento tomar por la fuerza y a los tiros el edificio de la calle Tucumán 3689 del barrio porteño de Abasto, debemos considerar el potencial de riesgo que existe con la seguridad privada. Esta actividad, cuya finalidad es delegar el monopolio de la fuerza que ejerce el estado en manos privadas, está integrada por personal retirado de las FF.SS., ex carapintadas, ex militares, gendarmes, policías, civiles armados y hasta cuenta con integrantes que mantienen fuertes vínculos con la AFI (ex SIDE), la DEA y la CIA. Hoy la cantidad de guardias de seguridad privada, duplica ampliamente al personal que tienen las fuerzas policiales, formando un ejército paralelo pero en manos de capitales privados que solo responden a intereses económicos.

Esto podría llegar a ser aceptable si la situación de cientos de miles de empleados de seguridad privada (se estiman cerca de 300.000 guardias) fueran favorables, que por cierto no lo es.

Primeramente, los trabajadores de seguridad privada se encuentran con sueldos por debajo de la línea de la pobreza, actualmente, cumpliendo jornadas de 12 horas y más, el salario ronda en casi los $50.000. Está situación agrava el estado de conflictividad y riesgo de la actividad ya que el descontento entre los trabajadores es generalizado.

¿Cuál es la forma de encausar a los trabajadores cuando reina el descontento? Principalmente con sueldos dignos, pero también con un sector empresarial responsable y una conducción gremial nacional sólida que actúe de contención. Ninguna de las tres cosas ocurre dentro de la actividad lo que propicia una inminente sublevación del personal de seguridad al estilo de las revueltas de la Policía Bonaerense ocurridas en septiembre del año pasado, con la diferencia de que la policía esta encausada dentro de un marco de orden y formación profesional y estatal, en cambio, la seguridad privada se encuentra con escasa capacitación en manos de privados que solo responden a intereses económicos con fines de lucro.

Empresarios millonarios, empresas quebradas y trabajadores pobres:

Las dos cámaras empresariales más importantes que aglutinan a los empresarios del rubro son CAESI (Cámara Argentina de Empresas de Seguridad e Investigaciones) a nivel nacional y CAESBA (CAmara de Empresas de Seguridad de Buenos Aires) a nivel provincial. Estás cámaras empresariales en la actualidad se encuentran desmembradas y sin rumbos claros. Compuestas por empresas multinacionales, empresas nacionales y PyME's, algunas de estas empresas cuentan con una "segunda marca" donde ofrecen servicios de seguridad privada de baja calidad o "low cost" en el formato de cooperativas de seguridad, sin capacitar al personal y constituyendo un verdadero fraude laboral donde los trabajadores no tienen vacaciones, aguinaldo o ART, entre otros derechos.

Algunas de las empresas miembros de CAESI y CAESBA que incumplen los convenios y leyes laborales, aun siendo multinacionales, cotizando en bolsa, y con capitales y respaldo extranjero, han utilizado durante la pandemia los recursos de la ayuda estatal y han formado acuerdos preventivos de crisis bajo el artículo 223 de la LCT, a cambio de quedarse en sus arcas con los aportes de la seguridad social de los trabajadores, tal es así el caso de la multinacional de capitales suecos, Securitas y otras tantas mas.

Todo esto sin hacer mención a las cámaras patronales que agrupan a los empresarios del interior del país, que carecen de toda responsabilidad y ética, sometiendo a sus trabajadores a condiciones de trata y esclavitud, con sueldos de $15.000 mensuales.

 La desidia gremial también es responsable de la situación de la seguridad privada:

La caída del dirigente sindical Ángel García quien supo estar enquistado en el sillón de la Unión del Personal de Seguridad Privada de la República Argentina (UPSRA) por más de 35 años gracias al sustento económico que le proporcionó el sector empresarial, recursos que le facilitaría gambetear durante décadas cada causa judicial con una habilidad casi maradoniana, transformó en la última década al gremio de seguridad en una empresa familiar, sin proyección política, dónde la malversación de fondos sindicales y de la obra social fue moneda corriente, acumulando un sinfín de denuncias por abandono de persona, falta de pago a los prestadores de la obra social, sin entrega de medicamentos, lo que generó su intervención por parte de la Superintendencia de Salud y una catarata de denuncias que extrañamente, aún con innumerables pruebas en contra, hoy se encuentran raramente frenadas en la justicia.

El paraguas judicial de Ángel García, quien fuera reemplazado por la intervención que sufrió el gremio en la era macrista, logró que a principios del 2020, una medida cautelar de la Sala IX de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, a pesar de todas las pruebas en su contra, lo restituya inexplicablemente en su cargo con la condición de hacer un llamado a elecciones, hecho que, después de la suspensión de los procesos electorales por la pandemia, todavía no ha ocurrido. Ante está situación de acefalia virtual, el Ministerio de Trabajo se muestra reacio a tomar las medidas necesarias para normalizar el gremio, pero muy predispuesto a homologar acuerdos preventivos de crisis con empresas de capitales extranjeros.

La interna intra sindical que recalienta al rojo vivo la crítica situación de la seguridad privada:

Uno de los logros del sector empresarial y su pata sindical a cargo de Ángel García fue propiciar, a través de la falta de contención gremial, el abandono y la desidia, la creación de una veintena de pequeños gremios que debilitaron la fuerza de acción de los trabajadores. Esto no fue un hecho fortuito, muy por el contrario, fue un plan estratégico, orquestado y bien aceitado por décadas, ya que a este sector empresarial dominado por la avaricia no le conviene un "ejército privado" sindicalizado que reclame al patrón por sus derechos. Divide y reinarás, reza el dicho.

En el ámbito sindical la situación se ha tornado insostenible, como ya hicimos mención, el sindicato madre de la actividad (UPSRA) estuvo intervenido por 4 años, intervención que se realizó por causas legítimas pero en vez de sanear al gremio, los interventores puestos por el macrismo, ante la mina de oro que representaba administrar la abultada caja de fondos sindicales, desvirtuaron su fin. Son de público conocimiento los videos que salieron a la luz, donde se pudieron ver a funcionarios de la intervención macrista contando dinero a millones, envueltos en actos de corrupción, situación que casi termina con la carrera del entonces ministro Jorge Triaca. En ese contexto de corrupción, millones y escándalo, el Ministerio de Trabajo a fines del 2019 decide terminar con la intervención, haciendo un llamado a elecciones donde resulta electo el opositor a Ángel García, el barrionuevista Leónidas Requelme.

A pesar de ganar la elección democrática y ser puesto en funciones por la intervención declarada por la cartera de trabajo y ser quien hoy administra el mobiliario del gremio, nuevamente una mano negra logró frenar la certificación de autoridades del ministerio, trámite necesario para administrar el patrimonio económico y las cuentas bancarias de la entidad sindical y la obra social. Esa mano negra es la cautelar a la que hacíamos referencia anteriormente devolviéndole la "caja" al mismo Ángel García, responsable de la malversación de fondos como consta en las denuncias que pesan en su contra. Mientras tanto, el poder ejecutivo, sin ser ajeno a esta situación, resuelve a mediados de este año, la intervención de la obra social OSPSIP mediante un decreto firmado por el Presidente de la Nación, Alberto Fernández. Lo curioso y llamativo de este entuerto es que los motivos por lo que se intervino, antes el sindicato, y ahora la obra social, están clarísimos: fraude eleccionario y malversaciones de fondos sindicales y de la seguridad social. Aún así, la última paritaria de los vigiladores fue acordada entre la cámara empresarial y este dirigente con certificación de autoridades vencidas desde 2016, pero lo más llamativo es que está paritaria haya sido homologada por el Ministerio de Trabajo que es quien debe certificar que los firmantes tienen autoridad legítima para hacerlo. Claramente, Ángel García no posee la legalidad para hacerlo.

La gravedad continúa escalando: sin la "caja" de la obra social, Ángel García, al verse desfinanciado, acuerda en una cláusula del último anexo paritario con CAESI y CAESBA, realizar el desvío de los aportes solidarios de la obra social que tenían como destino la administración que está llevando a cabo la intervención, a cuentas del Banco Ciudad destinadas a fondos sindicales aún administrados por el octogenario sindicalista.

Con el gremio de los trabajadores de seguridad privada, UPSRA prácticamente acéfalo, la interna quedaría actualmente definida así: la histórica línea de Ángel García, dónde la mayoría de sus integrantes están siendo investigados por la justicia, algunos ya procesados y otros fallecidos; la línea de Celeste Ferrara, apoderada de OSPSIP, ex esposa de García, también investigada por el vaciamiento a la mencionada obra social; y el histórico opositor Leónidas Requelme de la agrupación "Juan Manuel de Rosas" del riñón de Luis Barrionuevo.

En medio de la interna feroz dentro de UPSRA, este último tiempo aparecieron gremios del interior que, como aves rapaces, desean quedarse con la presa mal herida: organizaciones sindicales de Tucumán, Rosario, Santa Cruz, Córdoba y Bahía Blanca, algunos con fuertes vínculos con el macrismo, que copiaron el modelo recaudatorio de Ángel García, se unieron en un Frente Sindical para borrar del mapa a la UPSRA y quedarse con la  suculenta "caja" de la seguridad privada.

Por si fuera poco, surge hace casi un año un rejunte extremadamente peligroso aglomerado en el Frente de Agrupaciones Unidas (FAU) integrada por barrabravas de la conocida "Hinchada Unidas Argentinas" y del gremio de patovicas, con financiación de empresas de seguridad privada vinculadas al Gobierno de la Ciudad, (algunas de ellas usaron a sus trabajadores como aportantes truchos en la campaña del macrismo en 2015), y como un gran Cambalache, también con vínculos en el PJ a través de un empresario que se reconoce “peronista” pero muy lejos está de que sus prácticas empresariales estén dentro de la doctrina pregonada por el General.

Por último en esta carrera por quedarse con la conducción nacional, encontramos a la pata del Moyanismo con el gremio de Custodios (SUTCA) que aglutina a los trabajadores de seguridad y al personal con tenencia de armas. Este gremio estaría buscando incursionar dentro de UPSRA a través de un armado que denominan Bloque Nacional de Seguridad Privada en una alianza con el líder de la oposición de Ángel García, Leónidas Requelme.

 El lider del SUTCA, Christian López, tendría el apoyo del hijo del líder de camioneros, Pablo Moyano, con quien comparte varios espacios sindicales.

 Al "pibe 10" como lo apodaban sus detractores hace tiempo, se lo vio los últimos años junto al líder camionero en varios actos. Se comenta "of the récord" que el alfil del moyanismo tendría fuertes vínculos relacionados con la seguridad privada a nivel internacional, tanto en EE.UU, como en México, Perú y otros países latinoamericanos.

Por cierto, la seguridad privada es un rubro que varios actores pugnan por controlar. Reconocida como una "actividad de alto interés público" por su carácter estratégico, hoy en día capitaliza un número de trabajadores muy envidiable para cualquier dirigente gremial y no todos están dispuestos a ceder esa oportunidad por el bien común de los trabajadores.

En medio de esta puja de poderes e intereses, están los trabajadores. La realidad es que cuando usted ve a una empresa de seguridad privada prestando servicios, está viendo a un empresario que tiene empleados bajo condiciones de pobreza, sin prestaciones de salud, sin representación gremial e ignorado por los organismos estatales que deben velar por su bienestar. Si usted confía su propia seguridad en trabajadores que prestan servicios bajo estás condiciones, deberá usted replantearse si realmente está seguro.

 

La obra social, esta intervenida