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viernes, 17 de junio de 2011


El Sipal-ki exterminador de ancianas

Los asesinos seriales son criminales que repiten conducta, que eligen una misma clase de víctima, que siempre matan igual. A veces, dejan señales para llamar la atención. Cometen errores para dejar pistas, para desafiar al poder. El caso del asesino serial de jubiladas detenido, es un típico ejemplo de esta clase de conducta criminal.

El acusado siempre elegía abuelas de más de 80 años. Las engañana con una excusa ruín: hacer reparaciones en sus casas. Ahí desplegaba su brutalidad. Las estrangulaba con un cable de teléfono, y merced a su habilidad en sipalki, les aplicaba un golpe letal en la zona del esternón. Lo curioso de este asesino perverso es que no le interesaba nada para robar en las casas de sus víctimas. Sólo se llevaba las llaves de cada vivienda, de cada víctima. Antes de fugar cerraba la puerta de manera prolija y se iba.

Un testigo “lo mandó al frente”, y el acusado, Miguel Angel Maciel, no tuvo escape. Ahora lo acusan formalmente del asesinato de Secundina Pazos, en Claypole, ocurrido el 30 de diciembre de 2008. Además, le endilgan una saga asesina que incluye el crimen de otra abuela en Claypole, y de otra jubilada en Capital Federal.

En el banquillo de los acusados, ante el fiscal Toneguzo de Lomas de Zamora, el sospechoso prefirió el silencio. Quedó preso. En la División Homicidios de la Bonaerense, lo investigan por más casos que parecían irresueltos. Al asesino serial de las abuelas, lo delató la técnica homicida y el móvil de sus ataques. Mataba sólo por placer, y las llaves de la casa de cada mujer masacrada, fueron y serán para él sus trofeos de guerra.

Cayó por matar a una anciana y lo investigan por otro crimen

13/04/11 Las dos víctimas fueron estranguladas. Estaba prófugo hacía 2 años y vivía en la calle.


Escenario del crimen calle Catedral 1300 Claypole vivienda de Secundina Cardozo

El crimen que conmovió a Claypole

Un hombre de 34 años que decía ser experto en Sipalki –un violento arte marcial coreano– fue detenido ayer acusado de asaltar y asesinar brutalmente en 2008 a una anciana de 84. Al momento de ser apresado, el sospechoso vivía en las calles porteñas y era cartonero .

El detenido fue identificado como Miguel Angel Maciel, quien quedó imputado por el crimen de Secundina Cardozo Pazos (84). El 30 de diciembre de 2008, la mujer fue hallada estrangulada con un cable y con el esternón roto , en su casa de Catedral 1356, en Ciudadela (partido de Almirante Brown), en el sur del conurbano.

Fuentes policiales consultadas por Clarín contaron que el hombre también está siendo investigado por un crimen similar al de Cardozo Pazos, ocurrido en febrero de 2010 también en Claypole . La víctima también era anciana, fue estrangulada y vivía a siete cuadras de lo de Secundina.

El caso tomó relevancia ayer porque versiones difundidas por agencias de noticias indicaban que Maciel “mataba a ancianas por placer” y que estaba sospechado en un total de tres asesinatos (el tercero, en Capital Federal); que nunca había robado nada y que había estudiado Sipalki durante 8 años .

Sin embargo, fuentes policiales dijeron a Clarín que el sospechoso no tiene ninguna vinculación con el asesinato ocurrido en Capital. Que en los dos casos donde sí es sospechoso efectivamente hubo robos y que, lejos de ser un estudioso de artes orientales, Maciel vivía desde hacía un año y medio en Córdoba y Maipú, en la calle.

Familiares de Secundina Cardozo Pazos contaron a Clarín que, hasta el primer asesinato, el detenido vivía en Claypole con un hermano y se dedicaba a hacer changas y a cortarles el pasto a sus vecinos . “La versión de que era experto en Sipalki salió de él mismo, que le decía eso a la gente del barrio. Pero en realidad era un tipo que no parecía estar en sus cabales”, explicaron.

“Maciel iba muy seguido a hacer changas a la casa de Secundina. Por eso, ella le tomó cariño y hasta le dio las llaves. El día del crimen, le estaba cocinando, porque le daba lástima. El la estranguló con el cable del teléfono y la golpeó duro, porque al parecer quería que le dijera dónde tenía escondida la plata de la jubilación . Se llevó dinero y un televisor”, contó un familiar de Cardozo Pazos.

Todas las pruebas lo señalan. “Maciel le dijo a un vecino suyo: ‘Maté a una vieja y me fui’”, aseguró una fuente de la Bonaerense. “Además, quien mató a Secundina se fue y cerró la puerta con llave, y justo él tenía un juego de llaves de la víctima”.

Luego de ese primer crimen, Maciel desapareció del barrio y se fue a vivir a una casa de California y Vieytes, en el barrio porteño de Barracas. Pero al poco tiempo empezó a dormir en la calle , en condición de indigente.

En Lomas de Zamora, la División Homicidios tenía el dato de que Maciel estaba “cartoneando” en el centro porteño. Entonces le pidió colaboración a la Federal. “Con una foto lo empezamos a buscar y, ayer a la madrugada lo encontramos durmiendo en Córdoba y Maipú”, explicaron.

EL LOCO DEL CUCHILLO,

fue el violador de Claypole

En Junio de 2005 un hombre de aproximadamente 30 años de edad, sindicado como el “Loco del Cuchillo”, acusado de haber sometido sexualmente a varias decenas de mujeres, fue detenido por efectivos de la Comisaría Sexta de Almirante Brown, tras una espectacular persecución que comenzó en Claypole y terminó en San Francisco Solano.
Según informaron fuentes policiales, el sujeto fue detenido luego de que intentara someter nuevamente a una joven víctima de 15 años, a quien había capturado en inmediaciones de la estación de Claypole, tras amenazar a su hermano que se encontraba en compañía de la niña.
Todo sucedió, poco después de que este medio difundiera el identikit del sujeto, cuando el depravado sexual sediento de sexo, decidió someter nuevamente a una víctima, allí eligió a su presa y la subió a un automóvil Renault 9, la amenazó con matarla si no accedía a sus requisitorias. Luego amenazó de muerte también a su hermano si no se iba.
El lugar elegido para someter a la joven era nuevamente detrás del estadio de fútbol de Claypole. Allí el depravado comenzó una feroz lucha con la quinceañera, quien se resistía a ser vejada. Una mujer advirtió la pelea y dio aviso a las autoridades policiales, que ya buscaban a la pareja, luego de que su hermano después de ser dejado por ellos, dio aviso a la policía.
Tras advertir la presencia policial, el degenerado, puso en marcha su coche y emprendió raudamente la fuga seguido de cerca por varios móviles policiales, quienes detuvieron el accionar delictivo y el raid del “Loco del Cuchillo”, cuando al llegar a la avenida Monteverde de contramano colisionó contra un poste de alumbrado público, allí una veintena de policías lo apuntaban sin darle más chances de escapar.
En esos momentos terminaban las fechorías del depravado sexual de Claypole, quien fue arrestado y remitido a la seccional policial.
Por último se informo que las autoridades policiales, aún continúan a la espera y a la casa de más sujetos que se han apoderado del mito para llevar a cabo sus fechorías sexuales.


El ultimo ataque del perverso

El último ataque del violador serial fue cuando conducía un automóvil de color crema y llevaba un pañuelo rojo atado a su cabeza.
Según informaron fuentes policiales, los hechos sucedieron esta vez por la madrugada, cuando la víctima elegida se dirigía a la casa de su novio, fue golpeada en el rostro con furia y saña. Además fue amenazada con un cuchillo(una coincidencia) por un hombre que fingía arreglar el motor de un Renault 11 de color crema estacionado en las calles Formosa y Angel Hubac, de Claypole.
El individuo, quien tenía ceñido a su cabeza un pañuelo de color rojo, subió a la joven semiatontada por el golpe a la parte trasera del auto y condujo unas 10 cuadras, hasta llegar a un descampado de la calle Charcas, cerca del complejo habitacional conocido como "Salaberry".
El delincuente bajó a la víctima y tras desgarrarle las ropas la sometió sexualmente, para luego darse a la fuga en el Renault 11.
La mujer, a pesar del golpe recibido en el rostro, logró observar dos señas particulares de su atacante: un tatuaje en la pierna derecha y los ojos achinados.
Tras ser asistida en un nosocomio de la zona, la víctima radicó la denuncia en la comisaría sexta de Almirante Brown, indicaron los voceros.

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