Preocupa la toma de inmuebles en Claypole
Temor entre los vecinos de Claypole por la proliferación de “ocupas” en la zona. Eligen las viviendas, por lo general son casas quintas, incluso con sus propietarios adentro.
Como lo veníamos denunciando en ediciones anteriores la toma de inmuebles dejó de ser un simple hecho esporádico, para ser una noticia frecuente que se viene perpetrando en la localidad de Claypole.
Hace dos años publicamos la toma violenta de la vivienda del periodista Eduardo Daniel Suárez, por un grupo de “patoteros” que escudados en un caudillo político de Florencio Varela, invadió literalmente a punta de pistola tres propiedades de esta localidad ubicadas en la parte Este de la estación, dos de las cuales estaban habitadas por ancianos que eran propietarios legítimos.
En el caso del sr. Suárez, fue de madrugada; a golpes de puños, maltratos y con exhibición de armas de fuego lograron expulsarlo de su propiedad. Quedándose hasta con sus pertenencias. Luego de un largo calvario, de recorrer oficinas y despachos logró, por medio de la justicia recuperar su casa.
Casos como este se vienen comentando últimamente en la localidad. Donde grupos armados, bandas y hasta mujeres con niños increpan violentamente a los moradores legítimos para ocupar de forma ilegal viviendas, quintas e incluso monoblok.
Se da cada vez con más frecuencia y en los últimos meses, sobre todo en la parte Oeste de Claypole. Generalmente, las víctimas son ancianos o casas deshabitadas que se encuentran a la venta. Es el ejemplo, de un caso renombrado, el de una casa quinta ubicada sobre la Avenida Alsina donde sus dueños se levantaron una mañana y vieron con sorpresa a unos nuevos vecinos instalados en el galpón de su casa. La intrusa muy suelta de cuerpo, junto a sus cuatro hijos en forma agresiva gritaba, que no tenía donde vivir y que acá había mucho espacio de sobra.
Ante acontecimientos tan desagradables como estos la sensación de desamparo es tan fuerte que el ciudadano encuentra un camino bifurcado entre justicia y derecho propio. Figura legal que parece muy lejana entre la gente de bien que quiere o al menos intenta vivir correctamente.
El último caso en ser reportado, es el inmueble de la calle Garibaldi y Venancio Flores, que se encuentra situado en las cercanías del Cottolengo Don Orione. La misma es una finca arbolada propiedad de la familia Conde, la misma se encuentra parquizada y era utilizada como reducto de fin de semana por sus dueños; según cuenta Mónica Conde, dueña de la misma y quien es además docente en la zona, un sábado al llegar a su casa se encontró con el portón de entrada cambiado y obviamente con nueva cerradura, en su interior se encontraban dos sujetos armados instigándola a que se retire.
Luego de superar una crisis de nervios lógica por el momento vivido, recurrió la policía, que se declaró incompetente, explicando a la familia Conde que debían presentarse ante la justicia.
Por supuesto, los malvivientes (“ocupas”) no se retiraron del lugar y dieron comienzo a una serie de refacciones en la vivienda, demoliendo mampostería, retirando plantas y árboles como si fueran sus verdaderos propietarios, moviéndose con total desparpajo e impunidad por el predio.
Lamentablemente como sucede en estos casos Mónica Conde y su familia, tendrán que padecer el tiempo burocrático impuesto por nuestra justicia, hasta que se le restituya su vivienda o lo que quede de ella.
Consultados los vecinos acerca de los intrusos, no dudaron en hacerse oír y proferir una serie de quejas y opiniones. Señalando a estos como gente de mal vivir, que incluso los vinculan con la droga, dada la visita constante de jóvenes en altas horas de la noche. Como también ruidos, gritos y música frenética a toda hora.
Antecedentes peligrosos
Según una crónica reciente realizada por un medio colega, el epicentro delictivo tendría base en la estación de Claypole.
Así lo titula un medio de la localidad de Florencio Varela:
“Terror en Claypole por la ola de inseguridad”
ACTUAN BANDAS DE MENORES ARMADOS QUE JAQUEAN A LOS VECINOS
Los vecinos de Claypole viven bajo el terror que siembra una banda de menores armados en las inmediaciones de la estación férrea, convirtiendo a la zona en tierra de nadie. A cualquier hora del día los transeúntes son víctimas de robos cada vez más violentos que ponen en riesgo su integridad física. Siendo este lugar, caldo de cultivo para estos grupos que viven de la delincuencia.
Así lo denunciaron un grupo de vecinos que están cansados de ser víctimas de robos, los cuales se incrementaron en las últimas semanas durante la noche y la mañana, en momentos en que van rumbo a sus trabajos.
“Los rateros del barrio se ocultan ahí, en esos arbustos, para robar a la gente cuando pasa para ir a trabajar, también los utilizan para drogarse o tomar alcohol” comentó Marcela, una trabajadora de la zona. La misma recalca que “a la mañana temprano, a la siesta o a la tardecita, tenemos que venir siempre acompañados para no ser víctimas de estos delincuentes y lo peor de todo es que están armados y son menores”.
La alerta está entre los vecinos, ya que expresan: “No queremos que pase alguna tragedia que tengamos que lamentar, ya vimos cómo en otras localidades asesinaron a varios vecinos para robarles y no queremos que pase lo mismo acá, por eso le pedimos ayuda a las autoridades”, indicó Angélica González, residente del barrio desde hace 15 años.
Hugo, otro poblador consultado, rememoró un hecho delictivo que le tocó visualizar el pasado viernes cuando salía para su trabajo y dijo: “venía caminando por Esquiú y Flores, era mediodía, dos jóvenes que no tenían más de 18 años edad, le apuntaban con un arma de fuego a una mujer para robarle el bolso. En el forcejeo uno de los delincuentes me vio, en ese momento se asustaron y salieron corriendo, dejando a la señora tirada y lastimada en el asfalto. No es la primera vez que pasa, pero ojalá que no se vuelva a repetir y que la patrulla de la Comisaría comience a recorrer más las calles” recalcó el joven.
Las estaciones férreas son jurisdicción federal y corresponden según el estatuto de su conformación a la empresa.
Ante ella, UGOFE- actual concesionaria de la Línea Roca- se realizaron las quejas de los pobladores de Claypole, pero según comentaron “nadie hace nada al respecto. En el municipio nos dicen que la empresa de ferrocarril debe encargarse. Cuando vamos a la UGOFE, ellos le pasan la pelota a la comuna o a Provincia, y así estamos con la estación en completo estado de abandono, y siendo víctimas de la inseguridad por falta de interés de ambas partes”, agregó Lucas un frecuente usuario del ferrocarril y vecino de escasas seis cuadras de la estación.
“No pedimos nada fuera de lo común, solo queremos seguridad y control, para que todos los vecinos de Claypole podamos caminar tranquilos cuando bajamos del tren e intentamos llegar a nuestras casas" expresó Antonio habitante del barrio El Trébol de Claypole.
Temor entre los vecinos de Claypole por la proliferación de “ocupas” en la zona. Eligen las viviendas, por lo general son casas quintas, incluso con sus propietarios adentro.
Como lo veníamos denunciando en ediciones anteriores la toma de inmuebles dejó de ser un simple hecho esporádico, para ser una noticia frecuente que se viene perpetrando en la localidad de Claypole.
Hace dos años publicamos la toma violenta de la vivienda del periodista Eduardo Daniel Suárez, por un grupo de “patoteros” que escudados en un caudillo político de Florencio Varela, invadió literalmente a punta de pistola tres propiedades de esta localidad ubicadas en la parte Este de la estación, dos de las cuales estaban habitadas por ancianos que eran propietarios legítimos.
En el caso del sr. Suárez, fue de madrugada; a golpes de puños, maltratos y con exhibición de armas de fuego lograron expulsarlo de su propiedad. Quedándose hasta con sus pertenencias. Luego de un largo calvario, de recorrer oficinas y despachos logró, por medio de la justicia recuperar su casa.
Casos como este se vienen comentando últimamente en la localidad. Donde grupos armados, bandas y hasta mujeres con niños increpan violentamente a los moradores legítimos para ocupar de forma ilegal viviendas, quintas e incluso monoblok.
Se da cada vez con más frecuencia y en los últimos meses, sobre todo en la parte Oeste de Claypole. Generalmente, las víctimas son ancianos o casas deshabitadas que se encuentran a la venta. Es el ejemplo, de un caso renombrado, el de una casa quinta ubicada sobre la Avenida Alsina donde sus dueños se levantaron una mañana y vieron con sorpresa a unos nuevos vecinos instalados en el galpón de su casa. La intrusa muy suelta de cuerpo, junto a sus cuatro hijos en forma agresiva gritaba, que no tenía donde vivir y que acá había mucho espacio de sobra.
Ante acontecimientos tan desagradables como estos la sensación de desamparo es tan fuerte que el ciudadano encuentra un camino bifurcado entre justicia y derecho propio. Figura legal que parece muy lejana entre la gente de bien que quiere o al menos intenta vivir correctamente.
El último caso en ser reportado, es el inmueble de la calle Garibaldi y Venancio Flores, que se encuentra situado en las cercanías del Cottolengo Don Orione. La misma es una finca arbolada propiedad de la familia Conde, la misma se encuentra parquizada y era utilizada como reducto de fin de semana por sus dueños; según cuenta Mónica Conde, dueña de la misma y quien es además docente en la zona, un sábado al llegar a su casa se encontró con el portón de entrada cambiado y obviamente con nueva cerradura, en su interior se encontraban dos sujetos armados instigándola a que se retire.
Luego de superar una crisis de nervios lógica por el momento vivido, recurrió la policía, que se declaró incompetente, explicando a la familia Conde que debían presentarse ante la justicia.
Por supuesto, los malvivientes (“ocupas”) no se retiraron del lugar y dieron comienzo a una serie de refacciones en la vivienda, demoliendo mampostería, retirando plantas y árboles como si fueran sus verdaderos propietarios, moviéndose con total desparpajo e impunidad por el predio.
Lamentablemente como sucede en estos casos Mónica Conde y su familia, tendrán que padecer el tiempo burocrático impuesto por nuestra justicia, hasta que se le restituya su vivienda o lo que quede de ella.
Consultados los vecinos acerca de los intrusos, no dudaron en hacerse oír y proferir una serie de quejas y opiniones. Señalando a estos como gente de mal vivir, que incluso los vinculan con la droga, dada la visita constante de jóvenes en altas horas de la noche. Como también ruidos, gritos y música frenética a toda hora.
Antecedentes peligrosos
Según una crónica reciente realizada por un medio colega, el epicentro delictivo tendría base en la estación de Claypole.
Así lo titula un medio de la localidad de Florencio Varela:
“Terror en Claypole por la ola de inseguridad”
ACTUAN BANDAS DE MENORES ARMADOS QUE JAQUEAN A LOS VECINOS
Los vecinos de Claypole viven bajo el terror que siembra una banda de menores armados en las inmediaciones de la estación férrea, convirtiendo a la zona en tierra de nadie. A cualquier hora del día los transeúntes son víctimas de robos cada vez más violentos que ponen en riesgo su integridad física. Siendo este lugar, caldo de cultivo para estos grupos que viven de la delincuencia.
Así lo denunciaron un grupo de vecinos que están cansados de ser víctimas de robos, los cuales se incrementaron en las últimas semanas durante la noche y la mañana, en momentos en que van rumbo a sus trabajos.
“Los rateros del barrio se ocultan ahí, en esos arbustos, para robar a la gente cuando pasa para ir a trabajar, también los utilizan para drogarse o tomar alcohol” comentó Marcela, una trabajadora de la zona. La misma recalca que “a la mañana temprano, a la siesta o a la tardecita, tenemos que venir siempre acompañados para no ser víctimas de estos delincuentes y lo peor de todo es que están armados y son menores”.
La alerta está entre los vecinos, ya que expresan: “No queremos que pase alguna tragedia que tengamos que lamentar, ya vimos cómo en otras localidades asesinaron a varios vecinos para robarles y no queremos que pase lo mismo acá, por eso le pedimos ayuda a las autoridades”, indicó Angélica González, residente del barrio desde hace 15 años.
Hugo, otro poblador consultado, rememoró un hecho delictivo que le tocó visualizar el pasado viernes cuando salía para su trabajo y dijo: “venía caminando por Esquiú y Flores, era mediodía, dos jóvenes que no tenían más de 18 años edad, le apuntaban con un arma de fuego a una mujer para robarle el bolso. En el forcejeo uno de los delincuentes me vio, en ese momento se asustaron y salieron corriendo, dejando a la señora tirada y lastimada en el asfalto. No es la primera vez que pasa, pero ojalá que no se vuelva a repetir y que la patrulla de la Comisaría comience a recorrer más las calles” recalcó el joven.
Las estaciones férreas son jurisdicción federal y corresponden según el estatuto de su conformación a la empresa.
Ante ella, UGOFE- actual concesionaria de la Línea Roca- se realizaron las quejas de los pobladores de Claypole, pero según comentaron “nadie hace nada al respecto. En el municipio nos dicen que la empresa de ferrocarril debe encargarse. Cuando vamos a la UGOFE, ellos le pasan la pelota a la comuna o a Provincia, y así estamos con la estación en completo estado de abandono, y siendo víctimas de la inseguridad por falta de interés de ambas partes”, agregó Lucas un frecuente usuario del ferrocarril y vecino de escasas seis cuadras de la estación.
“No pedimos nada fuera de lo común, solo queremos seguridad y control, para que todos los vecinos de Claypole podamos caminar tranquilos cuando bajamos del tren e intentamos llegar a nuestras casas" expresó Antonio habitante del barrio El Trébol de Claypole.
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