Aguafuerte
suburbano:
Por: Juan
José Alarcón
La tierra donde
nadie timbrea
La tarde no
ayuda para confesar malas noticias, demasiada lluvia, insoportable barro y todo
queda muy lejos, llegar al rancho y tomar algo caliente es apenas la única
alegría de hoy y para colmo, junio, no perdona… a nadie, la gripe se hace larga
y el dinero se desintegra, como esta puta llovizna, interminable y maldita.
Los barrios
bajos, más allá del Don Orione, algunos le dicen el conurbano profundo, pero
para Mario Tozi es simplemente su barrio, así, a secas, demasiado cielo
hinchado de amargura para confesar malas
noticias.
A Mario lo
espera su mujer con un empobrecido mate cocido, apenas una factura petrificada
que sobrevivió al domingo, pero eso es todo, la contagiosa sonrisa de sus
pibes, esta tarde no esta, no quedaba otra que llevarlos al merendero, fue lo
que le confeso su mujer, mirándolo con extrema vergüenza, es que la vergüenza no
tiene otro lugar y se hace extrema….demasiada humedad para confesar malas
noticias.
Mario Tozi,
fue cartero, en tiempo pasado, justo hoy con tanta agua con tanto viento, justo
hoy había que decirlo?...la conciencia apura a Mario y confiesa, pero no puede
mirar a su amada esposa, se aprieta los labios y no le queda otra, al final se iba
a enterar de todas formas….ya no tengo trabajo, grita, pero no le salen lagrimas,
por que los hombres no lloran, eso aprendió de su abuelo que siguió insistiendo
en su vida para no caer en la pobreza, pero fueron otros tiempos y estos los actuales
no dan para confesiones amargas….
Ahí los deje
con sus historias mínimas y yo sin poder hacer nada, ni una palabra tenia, solo
una lágrima interna que no sirve para nada.
Hay
momentos en que los sacrificios se te vienen de frente como una manada demandante
y quedas vacío de argumentos ante tus propios hijos, como a los tantos Marios
que sobreabundan en estos barrios, vacíos de esperanza por que ya no alcanza ni
para la ilusión.
Hasta
cuando el gobierno piensa sobrevivir de los despojos de un kirchnerismo
maloliente y putrefacto, hasta cuando seguirá insistiendo con los ridículos
timbrazos, hasta cuando seguirá encendida la maquina de crueldades , algunos le
dicen tarifazos, hasta cuando?, me pregunto en un soliloquio interminable.
Esa delgada línea imaginaria entre lo real y
lo irreal, se esta muriendo y muta a una clase muy baja, demasiado baja que
sobrevive a una hecatombe involuntaria, sumergidos en el anonimato cruel que
solo la extrema pobreza conoce…otra ves la palabra “extrema”, será que no hay
otra forma de interpretar esta realidad?, extrema al pagar el medio kilo de
pan, extrema al cargar la Sube, extrema al comprar la leche, extrema hasta para
atreverse a pensar con un domingo familiar junto a un misero asado, algo ya tan
lejano para muchos.
Que hizo el
gobierno para conquistar el conurbano, a donde apunta con esta inflación?, la ceguera
social, invisibiliza sus acciones y cae en un espiral de olvido todo aquello
que prometió, es mas de lo mismo, se escucha en las calles, la puta oligarquía
se disfrazo de amarillo, gobierna para los ricos, y mucho bla, bla, bla, hasta
el cuentito tierno de Heidi se esta descascarando, se destiñe y todos sabemos
el final.
Es que hay
50.000 millones de razones que impiden soñar, por que pesan en las espaldas y
hacen daño, daño al futuro, si es que hay futuro.
Es junio…
y junio no perdona, ya ni del mundial habla la
gente, no enamora, a nadie le importa el dólar o si inauguran un nuevo metrobús,
la apatía deprime las almas …del otro lado de la línea invisible, nadie timbrea,
ni regalan globos, ni predican ilusiones, la militancia rentada se esfuerza,
pero no llega, la sordera se hace larga y el tiempo pasa, lo que venia a
cambiar, definitivamente lo hizo, cambio a miserias por la rapiña de otros o
por lo menos es lo que nos hicieron creer…
Afuera la lluvia, demasiada lluvia, empapa a una comparsa de equilibristas, magos y saltimbanquis amarillos,
nadie se inmuta, la sonrisa pintada del vendedor de ilusiones sigue inerte y
avanza, demasiada alegría para confesar en
estos barrios.
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