Ecología brutal:
INVASIÓN CASTOR
La Patagonia en peligro
Bahía Inútil, Puerto Hambre, Isla Furia,
en 1520 los exploradores creyeron que la Isla Grande de Tierra del Fuego sería
imposible de poblar.
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l frío extremo, la hostilidad del paisaje y las dificultades
para llegar la condenaron como páramo. Sin embargo, esa porción de tierra
austral fue colonizada en tan sólo 70 años por el castor, especie introducida
en la isla para fomentar la industria peletera.
El proyecto no prosperó y ahora en la provincia hay más
castores que habitantes, tienen un total dominio de los bosques y creen que en
25 años llegarán a Bariloche. ¿El plan de control? Fue aprobado en 2011 pero
aún no está en marcha.
El jueves se estrenó "Castores, la invasión del fin del
mundo", un documental sobre la especie exótica que se introdujo en la isla
en 1946. El film arranca con una foto en blanco y negro de dos personas
vestidas de corbata y mocasines a bordo de un gomón. Más atrás, flota sobre el
Lago Fagnano el avión del que bajaron a 20 castores provenientes de Canadá.
Durante 35 años su caza estuvo prohibida. En ese tiempo los
animales se reprodujeron, cambiaron el curso de los ríos, derribaron árboles
centenarios e inundaron bosques. En 1994 detectaron que no sólo habían tomado
todas las cuencas de la isla y las adyacentes, también cruzaron el Estrecho de
Magallanes y alcanzaron la Península Brunswick, ya en territorio continental de
Sudamérica. Hoy en Tierra del Fuego hay 150 mil castores y 134 mil habitantes.
"Es esperable que la
invasión llegue a Bariloche, está comprobado en Tierra del Fuego que también
puede habitar ambientes sin árboles, es decir, la estepa, así que no hay razón
para no predecir que la invasión llegue a Bariloche o más"-( Christopher
Anderson biólogo).
El castor no es la única especie exótica que se introdujo en
Argentina ni en el archipiélago, pero está entre las más dañinas.
"El castor
cambia drásticamente la dinámica de los ríos y arroyos, convierte tramos en
lagunas, tiene fortísimo impacto sobre el bosque de riberas", enumera
Claudio Chehébar, biólogo a cargo de la Delegación Regional Patagonia de la
Administración de Parques Nacionales. En Canadá, el castor tiene depredadores
naturales; en el sur, no. En su tierra nativa, los árboles cortados rebrotan,
pero en la isla una lenga que es cortada, muere. En el norte, los árboles
suelen soportar la inundación que producen los embalses; en Tierra del Fuego,
no.
HAY UN PLAN
Hace siete años se realizó un estudio para erradicar al
castor de la Patagonia e impedir su avance al continente. Los investigadores
concluyeron que la eliminación del roedor era urgente y prioritaria. Además de
afectar la flora, sus diques cortan caminos, afectan a la ganadería y
agricultura de la zona. Marta Lizarralde, directora del laboratorio del Centro
Austral de Investigaciones Científicas, dice que además de que no hubo
continuidad en el control, hay dificultades técnicas, organizativas y
financieras. "Necesitamos un proyecto a largo plazo y permanente. Estamos
controlando como podemos a este ingeniero hidraúlico perfecto, pero destructivo
que es el castor", dice.
En 2011, Argentina y Chile firmaron un convenio de
erradicación. Pero aún no hubo avances. Desde la Secretaría de Ambiente de la
Nación aseguran que la asignación de fondos "es inminente". "El
proyecto tiene asignado US$ 3,9 millones del Fondo del Medio Ambiente Mundial,
a través de Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y
Agricultura, y un aporte de US$ 18,2 millones de Nación. En su última visita a
Roma, la presidenta Cristina Fernández firmó acuerdos que incluyen la
asignación de fondos. Apenas estén disponibles implementaremos varias
estrategias, entre ellas la de controlar al castor", señalaron.
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