ABERRANTE
Testigo de Jehová detenido
por abuso y secuestro de menores
La casa templo del horror |
Otro caso donde se
involucra a la secta de los testigos de Jehova, hace unos meses una
circunstancia parecida fue la que se vivió en Claypole donde familiares de jóvenes
coptados por esta religión prendieron fuego al templo ante las denuncias de
abusos y vejámenes a las jovencitas que frecuentaban ese culto de parte del líder
de la secta.
Jorge Antonio
Torres, un Testigo de Jehová y dueño de una fábrica de chacinados, lo denunció
una joven que tiene 18 años. Según el testimonio de la chica, desde diciembre
de 2011 hasta el pasado mes de julio el hombre la mantuvo cautiva en la casa de
la imagen. Años antes, ese mismo sujeto la había convertido a la religión de la
que él es considerado un líder. Y en ese contexto, abusó por primera vez de
ella cuando tenía 14 años. Después, durante los casi dos años en que la mantuvo
encerrada, la redujo a la servidumbre y la aisló de sus familiares y demás
vínculos sociales. En ese tiempo, la chica sufrió gravísimas agresiones
psicológicas y físicas. Y las experiencias sexuales a las que Torres la sometió
hicieron que fuera abusada por personas que, al azar, él elegía cada vez que
ambos viajaban a Azul. Además, la joven fue obligada a desarrollar prácticas de
zoofilia. Al hombre lo detuvieron el pasado 2 de agosto. Por los varios y
graves delitos que le imputa, el fiscal azuleño que interviene en el caso pidió
que ahora le dicten la prisión preventiva.
UN CASO ABERRANTE
EN TAPALQUÉ
Una joven permaneció cautiva durante casi dos años: el
sujeto que la sometió a todo tipo de abusos está detenido
Desde diciembre de 2011 hasta el pasado mes de julio,
cuando pudo escaparse de su captor, una joven que actualmente tiene 18 años de
edad vivió en una situación de encierro total. El hombre que la había captado y
está detenido desde el 2 de agosto último es un Testigo de Jehová propietario
de una fábrica de chacinados. Además de abusar sexualmente por primera vez de
ella cuando tenía 14 años, durante el tiempo en que la mantuvo encerrada la
redujo a la servidumbre, la aisló de sus familiares y demás vínculos sociales y
no la dejaba ni siquiera tener acceso a algún medio de comunicación. Las
experiencias sexuales a las que la sometió, todas no consentidas por la
víctima, implicaron que la chica mantuviera relaciones con personas que al azar
él elegía cada vez que en su auto la traía a Azul y también prácticas de
zoofilia. Todo ello, marcado en un contexto de encierro donde la golpeaba y
agredía permanentemente de diferentes maneras.
Jorge Antonio Torres, el hombre que está detenido por
este caso, es propietario de una fábrica de chacinados. De ese lugar, cuando la
había llevado a limpiar, la chica se escapó el pasado 17 de julio Al acusado de
todos estos hechos lo detuvieron el 2 de agosto último.
Cuando el pasado 17 de julio la principal protagonista
de este aberrante caso logró escaparse del sujeto que la mantuvo cautiva
durante aproximadamente unos dos años, en Tapalqué quedó al descubierto la
trama de una escalofriante historia que tiene actualmente detenido y a punto de
que le dicten la prisión preventiva al hombre que figura como imputado de una
serie de delitos que incluyen, entre otros, reducción de la servidumbre, abuso
sexual con acceso carnal agravado y corrupción de menores.
El negocio del perverso pastor |
El acusado es el propietario de un frigorífico que
está en Tapalqué. También, un Testigo de Jehová que valiéndose de la práctica
de esa religión donde figura con la jerarquía más alta, conocida como "anciano
de la congregación", logró captar a la chica que figura como víctima en la
causa penal que se instruye en una fiscalía de Azul.
Actualmente de dieciocho años de edad, el vínculo
entre ambos comenzó cuando ella tenía tan sólo doce. Años después, el hombre la
llevó a vivir a su casa, el lugar donde la mantuvo cautiva hasta el pasado mes
de julio.
Durante estos casi dos últimos años, el sujeto que por
estos días está detenido en la Unidad 30 -la cárcel del SPB que está en General
Alvear- la aisló de su familia y amigos, no la dejó ir a la escuela y la tuvo
encerrada, haciéndole hacer las tareas de la casa y sin que pudiera tener
acceso a ningún medio de comunicación.
Además, la golpeó y la sometió sexualmente en varias
ocasiones de las maneras más perversas. En este último contexto mencionado,
hizo también que la chica fuera violada por cualquier persona a la que él se le
ocurría que tenía que mantener relaciones con ella. Mientras tanto, él la
observaba y, en algunas ocasiones, se sumaba también a lo que eran esos actos.
Los varios sometimientos sexuales que la víctima contó
que padeció durante todos esos años de encierro y aislamiento incluyeron
también que tuviera que desarrollar, obligada y por la fuerza, prácticas de
zoofilia con dos perros.
Todo esto, que parece surgido de la imaginación más
perversa que alguien puede llegar a tener, es real.
Ocurrió en Tapalqué y está siendo investigado a través
de un sumario penal que se sustancia en la Unidad Funcional de Instrucción
número 2 de Azul, fiscalía que está a cargo de la Dra. Laura Margaretic pero
que por estos días -por licencia por maternidad de la funcionaria judicial-
conduce en forma interina el también fiscal Javier Barda.
El líder espiritual
Jorge Antonio Torres fue detenido el 2 agosto pasado.
A punto de cumplir un mes privado de la libertad, el viernes pasado el fiscal
Barda solicitó al Juez de Garantías que también interviene en el caso convertir
en prisión preventiva a la detención de este hombre.
Torres es dueño de una fábrica de chacinados que está
en Tapalqué. De ese lugar, el pasado 17 de julio, la chica logró escaparse, en
ocasión que el hombre la llevó a limpiar, algo que siempre le obligaba a hacer,
de la misma manera que todas las otras tareas de servidumbre que también la
víctima tenía que realizar mientras estaba en la casa donde permaneció
encerrada y aislada durante casi dos años.
Según contaron fuentes consultadas por EL TIEMPO en la
vecina ciudad, aquel día en que la chica se escapó de la fábrica de chacinados
Torres salió a perseguirla.
El hombre logró interceptarla y agredirla en la calle,
aunque -intervención mediante de testigos y de policías- la joven pudo ser
rescatada y trasladada a la Estación de Policía Comunal.
En la seccional policial, ese mismo día, la chica
comenzó a dar cuenta de su trágica historia, esa que la tuvo desde el año 2008 a la fecha sometida a
los vaivenes de un manipulador que -tal como fuentes judiciales confiaron a
este diario- llegó a lavarle el cerebro de manera tal que la joven lo
consideraba su líder espiritual y la persona ante quien no podía negarse a nada
sin sentirse culpable por cada cosa que él le pedía.
Años atrás Torres había llegado a Tapalqué con su
esposa y su hija. Lo hizo en carácter de Testigo de Jehová y ostentando uno de
los mayores rangos dentro de esa congregación.
De esa manera, comenzó su tarea
"evangelizadora" en la ciudad distante a unos 40 kilómetros de
Azul.
Definido como de "perfil bajo" por quienes
solían verlo, al mismo tiempo logró instalar en Tapalqué su fábrica de chacinados,
esa a la que después llevaba a la chica a limpiar en momentos en que los
empleados no estaban, para que nadie la viera.
La misma casa donde luego quien figura como víctima en
esta causa permaneció aislada durante estos dos últimos años fue el lugar de
reuniones de los Testigos de Jehová.
Valiéndose de su jerarquía, una vez que Torres conoció
a los padres de la chica, a quienes les iba a comprar miel, su esposa comenzó a
relacionarse con la menor.
Ambas, según consta en el testimonio brindado por la
joven, cosían las polleras largas que usan las mujeres de esta religión, a
quienes es común ver junto a los hombres visitando casa por casa para difundir
la prédica de este credo.
Así, según contaron testigos en la causa penal que se
está instruyendo, la chica era vista junto a la por entonces esposa de Torres y
a otras mujeres ir de domicilio en domicilio.
La chica conoció al hombre cuando ella tenía doce
años. Por aquel entonces, era para ella una situación difícil la que había en
su hogar.
Esa situación estaba marcada por lo que sería después
el divorcio de sus padres. En esa transición, la por entonces menor fue cada
vez más afianzando su vínculo con Torres y su por entonces familia.
Tiempo después, cuando el hombre se separó luego de
que su mujer se escapara llevándose a la hija que ambos tienen, quien comenzó a
vivir con él en la misma casa de la calle Marmisolle de Tapalqué fue la chica,
en diciembre del año 2011.
Siempre de acuerdo con lo declarado en sede judicial
por la víctima de este aberrante caso, para el año 2008 -cuando ella tenía 14
años y Torres 37- el hombre la inició sexualmente.
Lo hizo una tarde en que la pasó a buscar en la
camioneta que por entonces tenía. Para el fiscal que ahora lo acusa, Torres
mantuvo esa primera relación sexual con la chica "aprovechándose de su
inmadurez sexual, en razón de la mayoría de edad del aquí imputado y su
preexistente relación de preeminencia respecto de la nombrada, en virtud de ser
éste el anciano de la congregación -ministro de culto-, es decir, el líder de
la religión local de Testigos de Jehová" que también la adolescente ya
profesaba.
Tres hechos
El pedido de prisión preventiva para Torres, que en
ocasión de ser indagado en sede judicial en Azul una vez que resultara detenido
se negó a declarar, incluye la presunta comisión de tres hechos.
El ya mencionado con respecto a la primera vez que
abusó de la chica y dos más.
Uno de esos hechos tiene que ver con lo ocurrido entre
diciembre de 2011 y julio de este año.
Para el fiscal Barda existen suficientes elementos que
demuestran que durante ese tiempo Torres redujo a la servidumbre y privó de la
libertad a la chica en la casa a la que la había llevado a vivir.
En ese contexto, el funcionario judicial sostiene que
mientras la mantuvo cautiva la obligaba a mantener relaciones sexuales tres
veces por día con él y a realizar los quehaceres domésticos. También, la
obligaba a que no accediera a ningún medio de comunicación, a que no fuera a la
escuela y que por ende no estableciera vínculos sociales de ningún tipo, y a
que desarrollara otras conductas, propias del encierro al que era sometida la
por entonces menor de edad.
En esa situación de extrema violencia y amenazas
reiteradas la violó y promovió su corrupción a través de lo que han sido
calificados como "actos sexuales prematuros y perversos", tal como lo
son las ya señaladas prácticas de zoofilia y otras experiencias sexuales con
ocasionales personas a las que el propio Torres elegía.
Esos hechos -según consta en la denuncia- ocurrieron
siempre cada vez que en su auto Torres trajo a la chica a Azul.
Un tercer hecho que se describe en el pedido de la
prisión preventiva para el hombre que está detenido en la Unidad 30 de Alvear
ocurrió cuando ya el caso se estaba investigando, en los días posteriores a que
la chica se escapara y denunciara al Testigo de Jehová.
Así, el pasado 22 de julio, cuando Torres aún no había
sido detenido, existen elementos que demuestran que violó la orden de prohibición
que le había sido impuesta por el Juez de Paz de Tapalqué y que, de esa manera,
le mandó una carta y un celular a la joven, entre otras pertenencias personales
de la chica que él tuvo que entregarle a la Policía.
Lo que dice esa carta es considerado ahora como de un
alto contenido manipulador. Sirve, según lo investigado, para demostrar el
dominio psíquico que el hombre tenía sobre la chica, poniendo en evidencia una
vez más el poder que el hombre todavía ejercía sobre ella, aún después de que
la joven ya había logrado escapar de su cautiverio.
Un infierno
"Mi vida se transformó en un infierno",
declaró la joven en sede judicial sobre lo que fueron todos los sometimientos
sexuales que padeció por el accionar del hombre que la había captado y la mantuvo
cautiva durante estos años.
Fueron varios, según contó, los encuentros sexuales a
los que Torres la sometió durante el año pasado, obligándola en esas
oportunidades a mantener sexo con cualquier persona que él eligiera. Siempre
ese tipo de relaciones sexuales no consentidas por la chica ocurría en Azul.
Viajaban hasta acá en el Toyota Corolla con vidrios
polarizados y parasoles en su parte trasera que el hombre tenía, para que de
esa forma nadie los viera.
Siempre de acuerdo con su versión, el primer hombre
que abusó de ella tenía unos 60 años de edad. Lo encontraron en una esquina, al
llegar a Azul. Si bien ese sujeto no llegó a accederla carnalmente porque ella
se opuso, luego de que ese sujeto se bajó del auto Torres comenzó a golpearla.
Y después, la llevó a un monte donde la violó una vez más.
Los viajes a Azul se volvieron una constante que
alimentaba el costado más perverso del dueño de la fábrica de chacinados y
también Testigo de Jehová.
En una segunda ocasión, en cercanías al Balneario,
mientras Torres la esperaba en el auto, la chica tuvo que bajarse y ofrecerle
sexo a dos chicos que en ese entonces estaban en el paseo público. Era un
sábado a la noche, y una vez que esos jóvenes subieron al auto, junto con
Torres todos fueron hasta un monte donde, según contó la joven, "los
chicos me violaron" en presencia de él, quien además de observar la escena
luego la accedió también carnalmente.
No se trataba de sexo a cambio de dinero, ya que
-relató la víctima en sede judicial- "no había ningún acuerdo más que
subirse al auto y tener sexo conmigo".
En lo que fue la continuación de esas prácticas,
siempre cada vez que él la traía en su auto a Azul, en otra ocasión el hombre
la llevó hasta un barrio periférico de la ciudad donde fue obligada a tener
sexo con un joven que hallaron en ese lugar.
Una semana antes de escaparse, la chica contó que tuvo
que soportar una vez más una situación así, cuando -en esa ocasión- Torres la
trajo hasta el basural de Azul, donde ella fue abusada por dos
"linyeras" que estaban en el lugar.
Y la última vez ocurrió el día antes a que se fugara,
cuando en esa ocasión, de regreso en Azul, "me hizo parar a un chico que
tendría como 17 años" para también tener sexo con él.
El dato
La casa donde Torres vivía fue allanada por orden judicial.
En la vivienda, se incautaron elementos que son considerados de vital
importancia para la causa penal que se está instruyendo. En ese sumario, el
hombre está acusado de los siguientes delitos, en el marco de los tres hechos
descriptos por el fiscal Barda al momento de solicitar su prisión preventiva:
"Estupro agravado por ser cometido por un ministro de algún culto
reconocido o no; reducción a la servidumbre; secuestro coactivo agravado por
ser la víctima menor de dieciocho años; abuso sexual con acceso carnal agravado
por ser cometido contra una menor de dieciocho años con aprovechamiento de la
preexistente situación de convivencia -delito continuado- y corrupción agravada
por mediar violencia y amenazas y ser cometido por persona conviviente, todos
en concurso real ideal entre sí; y desobediencia".
"COMENCÉ A
PENSAR IGUAL A ÉL POR MIEDO"
-La joven de 18 años de edad está actualmente viviendo
con su madre y le ha sido asignada una custodia policial permanente. Según
declaró, había comenzado a profesar la religión de los Testigos de Jehová
porque "se sentía contenida" en un momento difícil de su
adolescencia, ya que sus padres se estaban separando. Eso le permitió a Torres
poder captarla, tanto para la religión que él profesaba como para todo lo que vendría
después.
-La chica declaró que su relación con el imputado
empezó cuando ella tenía 13 años. A esa edad, el hombre que ahora está preso la
inició sexualmente, cuando él tenía 38 años. "Como era el líder de la
religión no sabía cómo negarme sin sentirme culpable", declaró. Sobre
aquel primer encuentro, afirmó también: "Yo aún no lo veía como hombre
sino como mi líder, mi pastor".
Captando adeptos en las calles |
-"Poco a poco comencé a pensar igual a él por
miedo", sostuvo. También, dijo que "de a poco comencé a dar la mano
como saludo entre los fieles, no saludé más a los hombres con un beso en la
mejilla, Jorge no me dejaba. Comencé a vestirme con ropa grande, de negro o,
mientras predicaba, con polleras largas". Todo lo hacía porque le tenía
una cierta reverencia al líder de su religión. "Yo obedecía", declaró
también la chica. "Me empezó a cambiar la forma de pensar. Le hacía caso.
Pensaba que siempre tenía la razón".
-"Viví encerrada. Salía sólo las veces que ya
declaré, pero acompañada por él. Mientras Jorge trabajaba o se iba de la casa
cerraba todo con llave. Incluso, me decía que había micrófonos o cámaras y es
por eso que yo ni siquiera osaba prender la TV en su ausencia. Sólo limpiaba y
cocinaba. Los mandados los hacía él". Y algunas cosas para ella las
compraba su mamá cuando iba a visitarla, hasta que después la influencia
ejercida por el encausado hizo que perdiera todo contacto con sus familiares,
como así también con quienes eran sus compañeros de la escuela, ya que Torres
la obligó a dejar los estudios. Además, cada vez que se enfermaba no la atendía
ningún médico. Y estando con fiebre o engripada fue obligada igual a mantener
relaciones sexuales.
-"Intenté escaparme un día tirándome por la
ventana del segundo piso de la casa. Pero debajo de esa ventana había colocados
como fierros en punta y me lastimé toda. Parecía que él sabía que mi salida era
ésa y parecían colocados esos fierros y alambres a propósito".
-Si bien a la casa donde estaba la joven cautiva no
iba nadie, cada vez que eso ocurría Torres la obligaba a estar encerrada sin que
nadie la observara. Cuando el hombre iba a Tandil para visitar a su hija, la
llevaba con él y la hacía permanecer encerrada en el baúl del auto durante el
tiempo que durara esa visita.
-Además de los viajes a Tandil, salía también cada vez
que Torres la llevaba a limpiar al frigorífico, lo cual ocurría cuando los
empleados no estaban. Según contó la chica, él le decía que si ella veía a
alguien "con sólo mirarlo lo engañaba a él".
UNA RELACIÓN DE
"HECHIZO"
Una pericia psicológica realizada a la víctima concluye
que había una relación de "hechizo" de parte de él hacia ella,
vínculo que produjo confusión en la menor, con pérdida de sentido crítico y la
existencia de un claro dominio psicológico.
También se menciona la existencia de una relación
marcada por el sometimiento, algo que en la joven generó "terror"
hacia quien la mantuvo cautiva.
Los especialistas hablan en este caso de lo que fue
"un proceso de captación, con utilización de la seducción y manipulación,
basado en una posición predominante y de poder que contrastan con la
vulnerabilidad de un púber/adolescente".
Además, afirman que "se evidencia una situación
de entrapamiento de la peritada, a la cual quedó sometida".
En ese contexto, cualquier cosa que la chica hiciera
por iniciativa propia era considerada por Torres como "una
insubordinación", lo que se traducía en que sufriera diferentes castigos
corporales.
La joven contó que el hombre le efectuaba cortes en su
cuerpo con una daga que tenía, cada vez que la celaba. También, que usaba la
hebilla de un cinto para azotarla, en ocasiones en que la desnudaba, la hacía
acostar boca abajo y la ataba de pies y manos en esa casa donde la mantuvo
cautiva.
Cuando fue revisada, la chica presentaba alrededor de
veinte cicatrices en su cuerpo, concretamente en brazos y muslos, la mayoría de
las cuales se corresponden con esos cortes que le eran efectuados con armas
blancas como la ya mencionada daga y otro tipo de cuchillos.
Además, también tiene heridas en muñecas y pies
propias de quien es atado, lo que en su caso ocurría en ocasiones en que su
captor abusaba sexualmente de ella.
Fuente “ La voz de Tapalque”
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