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domingo, 24 de marzo de 2013



Archivo negro

DESAPARECIDOS EN ALTE BROWN
 LA VERDAD      
 OCULTA

                                                                      Por el Licenciado Juan Carlos Ranieri
El cementerio municipal ha sido durante tres décadas objeto de numerosos rumores con relación a presuntas inhumaciones clandestinas en la última dictadura. Si bien es cierto que estas han existido, jamás desde el gobierno municipal se ofreció una información oficial al pueblo de Almirante Brown, generando que las versiones hayan circulado tantos años sin poderse establecer qué había de verdad en ellas.
Al mismo tiempo, este silencio es doblemente dañino porque tampoco se haya convocado institucionalmente a los vecinos que pudieran prestar su testimonio y colaborar de esa manera, desde el Estado municipal, en la búsqueda de la verdad.
Por otra parte, podemos confirmar en las páginas siguientes que en el ámbito de la Justicia no alcanza con tener jueces probos si las trabas burocráticas y jurisdiccionales se encargan de interrumpir, desviar y demorar las causas judiciales, máxime cuando, además, el poder Legislativo convierte en ley proyectos nefastos, como es el caso de la Obediencia Debida y el Punto Final. Este último ingrediente terminó de dar cuerpo a una fórmula que cerraba todos los caminos hacia la justicia y sólo consagró la impunidad por espacio de casi dos décadas.
Si bien el Estado de facto violó sistemáticamente los Derechos Humanos, no es menos cierto ni menos triste que el Estado de derecho no haya garantizado por tanto tiempo justicia a los argentinos, con evasiones, complicidades y “agachadas” de los tres poderes y en todos los niveles de gobierno, hasta el ámbito municipal, por supuesto.
En este marco, el sendero a transitar en la búsqueda de la verdad se ha visto obstruido reiteradamente.

Exhumaciones en Rafael Calzada
Para recorrerlo, debemos remontarnos al 20 de diciembre de 1983, cuando nuestra democracia apenas superaba su primera semana de vida.
Ese día, el Intendente municipal Félix Flores y el Secretario de Gobierno del municipio, Narciso Vázquez, radicaron una denuncia penal en el Juzgado Federal de Primera Instancia de Lomas de Zamora a cargo del Juez Julio Amancio Piaggio, Secretaría en lo Penal y Correccional del Dr. Rodolfo Marcelo Molina, por presuntas inhumaciones clandestinas en el cementerio municipal y existencia de cuerpos sepultados como NN en la reciente dictadura.
A partir de esta denuncia que inició la causa n° 1679, el Juez procedió de manera inmediata a ordenar la exhumación correspondiente, siendo esta la primera que se realizó en la provincia de Buenos Aires. Como resultado, se extrajeron siete bolsas conteniendo restos humanos, las cuales fueron remitidas por el Magistrado a la Morgue del Cuerpo Médico Forense de la Justicia Nacional con fecha 26 de diciembre de 1983.

 Estas bolsas estaban individualizadas con las siguientes inscripciones: 1°E Z5 S4 (un bulto); 2E Z5 S4 (dos bultos); 4E Z5 S4 (dos bultos) y 7E Z5 S4 (los dos bultos restantes). La codificación Z5 S4 remite a la Zona quinta, Sección cuarta de la necrópolis. Formalmente el Juez solicitaba que se procure establecer la cantidad de personas a las que correspondían esos restos, sexo, medidas, edad, tiempo probable de la muerte, causas que la provocaron y, si se observaban lesiones, modo de producción de las mismas y si ellas fueron factores determinantes de deceso.
Acto seguido, el magistrado solicitó oficialmente al director del cementerio, Héctor Elías Requejo, que remitiera al tribunal el listado (y documentación que lo acredite) de las inhumaciones efectuadas a partir del año 1975 en adelante, correspondientes al tablón n° 41 de la zona y sección mencionadas.
Por respuesta, la dirección del cementerio –que en esos días pasó a estar a cargo de Eduardo González- le comunicó el hallazgo de apenas cuatro actas de inhumación, a saber: Acta 660, de fecha 29 de junio de 1977, acompañada de pedido de inhumación de la Secretaría de Bienestar Social, licencia, ficha y formulario de inhumación del cementerio; acta 657, fechada el 5 de julio de 1977,  acompañada de su ficha de inhumación; acta 655, sin constancia de fecha, acompañada también de ficha de inhumación; acta 752, sin constancia de fecha, acompañada de pedido de inhumación de la Secretaría de Bienestar Social, licencia, ficha y formulario de inhumación del cementerio.
Las cuatro actas, a su vez, están notablemente incompletas en sus datos y registran imprecisiones en los pocos que sí se consignan. La n° 660 se refiere tan solo a un NN masculino de aproximadamente 58 años de edad; la n° 752 habla de un NN masculino sin más datos; la n° 657 remite a un NN masculino cuya edad estima en 55 años y señala el lugar de deceso en Alcorta y San Martín, Claypole; la n° 655, por último, se refiere a un NN masculino de 45 años aproximadamente, fallecido en Bouchard y San Juan, barrio San José, y aclara, además, en la “vía pública”.


Así, los restos hallados quedaron en sus siete bolsas en depósito de aquella morgue judicial, y el juez con muy escasos datos en la causa. A esta altura nos encontramos en marzo de 1984.
En junio de 1985, el Ministro del Interior de la Nación, Antonio Tróccoli, envió una comunicación en cadena a todos los Intendentes solicitando que se completaran y remitieran a su cartera ciertos formularios que requerían información sobre sepulturas registradas como NN. El Intendente Flores le responde poniéndolo al tanto de la causa judicial, y este hecho animó la inquietud sobre el tema en el  Concejo Deliberante.
Con fecha 24 de julio de 1985, ese cuerpo sanciona la Minuta de Comunicación N° 67, solicitando al Departamento Ejecutivo los datos disponibles con relación a los NN hallados y, también,  información sobre el estado procesal de la causa, pero requiere saber, además, si en el marco de la misma han prestado testimonio empleados del cementerio y demás funcionarios del Departamento Ejecutivo.
Semanas más tarde, el 16 de septiembre de 1985, la Dirección de Asuntos Legales emite una respuesta expresando que al requerir información sobre el estado de la causa, se ha establecido que la misma, por  cuestiones de competencia, había pasado a los tribunales de la Provincia, radicada ante el Juzgado en lo Penal N° 3, Secretaría N° 5, del Departamento Judicial de Lomas de Zamora, en la calle Talcahuano 278 de Banfield. Pese a esto, el Juez   interviniente declaró  su incompetencia y pasó las actuaciones al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas con fecha 11 de septiembre de 1985, es decir, apenas unos días antes de emitir esta respuesta Asuntos Legales. A partir de aquí, las sorpresas no tendrán límite.
La Ley de Punto Final y la posterior incorporación de la Obediencia Debida dieron el marco, como quedó dicho, para consagrar la impunidad, y el poder judicial actuó en consecuencia. Insólitamente y sin previo aviso, la Asesoría Pericial de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires  dispuso remitir los restos al municipio, dejándolos, aunque parezca mentira, en el propio despacho del Intendente.
Frente a esto, Félix Flores arbitró los medios para dar destino a estas siete bolsas que,  mientras tanto, fueron depositadas en estantes de la dirección del cementerio durante varias semanas.
Con fecha 2 de diciembre de 1987, a escasos siete días de finalizar su mandato, el Intendente firma la Resolución N° 171, disponiendo  el depósito de los restos en el sepulcro construido  a ese solo fin en el patio mayor del cementerio municipal.

Desde entonces hubo un largo silencio, tanto de parte de la justicia como del poder político, hasta que en junio de 2005 la Corte Suprema de Justicia de la Nación declaró inconstitucionales las leyes de Punto Final y Obediencia debida, derogándolas enseguida el Poder Legislativo por medio de la Ley N° 25.990.
En noviembre de 2006, el juez Horacio Rolando Cattani, de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal dispuso el retiro de los restos del panteón donde estaban depositados por  integrantes del Equipo Argentino de Antropología Forense.
Pasado el mediodía del 15 de diciembre de 2006, exactamente tras 19 años de espera en aquel sepulcro, se cumplió esta orden judicial. Las mismas siete bolsas de plástico blanco, tramado tipo rafia, con las mismas inscripciones, fueron retiradas por los antropólogos bajo acta, con otras seis bolsas del mismo material conteniendo ropa en apariencia y algo también de ropa suelta.
Desde entonces, la única novedad de la que tenemos constancia es la identificación de los restos correspondientes a Marta Ester Scotto y Sergio Natalio Yovovich en el año 2009, tal como se menciona en este informe.

Hasta aquí, podemos certificar todo lo expuesto sobre el silenciado tema del cementerio municipal de Almirante Brown. Si bien no hemos logrado acceder a las novedades que pudieron surgir desde entonces, conocemos que existen y confiamos en hacerlo más adelante.

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