ALTE BROWN:
Historia de lujuria,
locura y de abuso de poder
El intendente
azotador
Poco después de la revolución del 1880 donde el incipiente partido de
Alte Brown se disputaba en reyertas, apellidos de abolengo y luchas fraticidas
políticas, donde “el de eso no se habla” era regla de oro entre las familias
patricias, dentro de ese escenario se encuentra en la ciudad de La Plata, un
legajo centenario en el Ministerio de Gobierno de la provincia de Buenos Aires
que manifiesta lo siguiente:
El Juzgado de Almirante Brown
solicita el reemplazo del Procurador Municipal José Francisco Páez, ya que se encuentra preso a disposición del
Juez del Crimen, acusado de injurias reales, abuso de autoridad y ocultamiento
de menor; lleva la firma de Ramón Hunt
y corre el día 31 de marzo de 1881.
El 12 de abril una nota
indica que se nombra en calidad de municipal titular a Don Cesáreo Amenedo y lleva la firma del Ministro de Gobierno Dr Carlos D’Amico; este nombramiento
sale publicado con la misma fecha en el Boletín Oficial.
José Francisco Páez había sido Intendente Municipal en el período septiembre de 1879 –
agosto de 1880; el anterior Intendente fue Ramón
Hunt, también el primero desde 1874; le sucede a Páez, Ramón Fonseca, por
lo que resta del año 1880 hasta enero de 1881 en que vuelve a asumir estas
funciones Ramón Hunt, quien no tiene
un mandato muy extenso porque fallece en junio de ese año, siendo entonces
nombrado su hijo Luis Gonzaga Hunt hasta
diciembre de 1884. Durante la primera semana de enero asume Enrique Nelson, pasando el mando luego
a Cesáreo Amenedo, que tiene el
mandato en 1885.
Al momento del incidente Francisco Páez formaba parte de la Comisión Municipal, cuales eran
las circunstancias que rodeaban su arresto, siendo un vecino reconocido, motivo
la busqueda de tan perturbadora contra un ex funcionario.
LA CAUSA
La carátula dice: “Páez José Francisco por sospechas de
lesiones corporales, abuso de autoridad y ocultación de una menor”.
La lleva el Juez Dr Adolfo Abel Insiarte (1829 – 1890) y el Secretario es el Dr Pastor Lacasa (1855 – 1922).
El expediente consta de un
solo cuerpo, con el agregado del trámite de la fianza, que se hace efectiva el
20 de abril de 1881. La causa se inicia el 19 de marzo de 1881, con una
instrucción realizada por el Juez de Paz Ramón
Hunt, quien recibe la denuncia de Anacleto
Páez, en base a la cual se detiene a Francisco
Paez y se toman declaraciones de vecinos sobre los incidentes mencionados,
siendo el imputado detenido en forma inmediata.
LA ACUSACION
En la casa de Francisco Páez y su esposa, Petrona Páez, vivía una muchacha de
nombre Olaya, huérfana, adoptada por
el matrimonio, siendo Petrona su
madrina.
En marzo de 1881 Olaya se va de la casa.
Es buscada por Francisco, quien era Municipal Titular de la Comisión Municipal de
ese momento, recurre al subcomisario Estanislao
Palacios y solicita un agente, Delfín
Torres, que lo acompaña para recorrer los lugares donde podrían saber algo
sobre el paradero de Olaya: la
panadería de Bernardo Ithurralde, el
almacén de Graciano Bordenave y algunas casas particulares; finalmente se
entera que se encuentra en la casa de Angel
Manchere, un arrendatario de Lorenza
Villareal, viuda de Páez y madre
de Anacleto Páez, sobrino de él o al
menos ahijado del matrimonio, como veremos mas adelante.
Aquí la historia se bifurca,
de acuerdo al expediente que levanta el Juez de Paz Ramón Hunt, a modo de “instrucción de la causa”, se recibe la
denuncia de Anacleto quien dice que
sin motivo alguno Francisco Páez se
presentó en su casa, lo arrestó, lo ató y lo azotó en público, para después
dejarlo en libertad; en medio del intercambio de palabras le decía, si no te
casás con Olaya te meto preso.
Los vecinos declaran, que el
día anterior cuando Francisco
buscaba a Olaya había parado en la
casa de Manchere y le dijo a su
mujer que si veía a Olaya le avisara
en secreto, finalmente el día de la pelea con Anacleto, la encuentra en esta casa y la lleva de otro vecino José Crescia por temor a represalias de
su padrino.
Natalia
Callegari, la esposa de José Crescia,
ambos italianos, cuenta que habló con Olaya
cuando llegó a su casa y que estaba muy asustada porque asegura que Francisco Paez la persigue constantemente y la acosaba, que
supone está embarazada y que como ya le había pasado el año anterior y el bebé
murió al nacer, no quería seguir haciendo sufrir a su madrina con esta
situación, por lo que esperaba una “jardinera”( carruaje) que la llevara a Monte Grande.
El comisario declara que le contó Tomás Mariño, que el hijo que había
tenido muerto Olaya fue cuando sucedía la revolución del 80, era
de Francisco Páez.
Con todo esto el expediente
pasa al Juzgado del Crimen de turno, la historia entonces empieza a verse
diferente. Se notifica al detenido Francisco
Páez, de la causa y presta declaración ante el Juez.
El ex intendente mintió para salvar su buen
nombre y honor ?
El
acusado afirma que sabía que Olaya se había fugado con Anacleto, que buscó a la
muchacha por estar en casa de un arrendatario de la madre de su sobrino, y
después lo fue a buscar a él, cuando lo confronta con la situación, se
insolentó y se vio obligado a golpearlo, azotarlo, pero antes lo desató y luego
lo deja ir.
Que dejó a Olaya con unos vecinos pero
pensando que Anacleto podía verla allí, le buscó lugar con una comadre de su
esposa en Barracas al Sur, para que le buscara una casa donde trabajar y le
diera alojamiento.
El Juez empieza a buscar pruebas de lo
sucedido y solita al médico legista Dr Julián H Fernández para que examine a Anacleto
Páez, el informe dice que no puede haber habido una golpiza brutal, ni exceso
alguno porque no presenta rastros de esta situación, a pesar de los diez días
transcurridos, si hubiera recibido entre 100 y 200 rebencazos, con la lonja y
con el cabo, como dicen los testigos, debería haber marcas… y no las hay.
LA SOSPECHOSA DECLARACION DE ANACLETO
Ese mismo día, Anacleto Páez
se presenta al Juez mediante un escrito como parte denunciante y dice que
retira la denuncia, ya que Francisco
es como un padre para él, que no lo agredió y en todo caso debería tener razón,
que nada pasó y es en este momento que se da cuenta que se aprovecharon de él
los enemigos políticos de su tío para ponerlo preso y sacarle el cargo.
Algunos días mas tarde
encuentran a Olaya y se presenta a
declarar, lo primero que dice es que tiene 21 años de edad, que se fue de la
casa de Páez, porque se consideraba
una holgazana y trató de buscar trabajo, que para esto le pide ayuda a Anacleto,
que la lleva a la casa de los italianos, pero que nada habló con ellos por no
entenderlos, hasta que llegó Francisco y
la lleva a casa de una señora en Barracas, no tiene relaciones con Anacleto,
ni con Francisco.
Respecto de la situación del
bebé del año anterior, Olaya no
responde, pero se presenta a declarar Petrona
Páez y dice que entre el 18 y 19 de junio de 1880, Olaya dio a luz, por ser los días de la revolución no consigue
ayuda y la asiste María de Páez, que al día siguiente el feto
fallece y entonces como su marido estaba en medio de la revolución le pide
ayuda a ldefonso
Torrilla, quien se ocupa de enterrar el cuerpo en el cementerio,
pero no tiene certificado, ya que también por causa de la revolución, no
encuentra al cura.
Los días y circunstancias del
parto son relatadas casi con iguales palabras por las jóvenes Hilaria, Elena y
Robustiana Avila, que se encontraban accidentalmente en casa de los Páez.
Acá no paso nada
Después de todos los
testimonios la fiscalía solicita el sobreseimiento y finalmente el Juez lo
dicta y lo confirma la Cámara Francisco Paez queda libre de toda culpa y
cargo.
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