2019 el final de los tiempos
Se viene un peronismo sin Cristina pero con kirchneristas ?
Los nombres de este rompecabezas opositor son, en orden
de aparición en esta columna, los de Juan Manuel Urtubey, Miguel Pichetto,
Sergio Massa y Cristina Kirchner. Entre ellos no hay coincidencias, pero todos
rechazan el rumbo económico.
Peronismo Federal la New Opo
El salteño Urtubey
y el rionegrino Pichetto aparecen
como dos figuras centrales, supuestamente estarán juntos en un acto que
organiza el Movimiento 21, cuyo arquitecto político es el sindicalista Hugo Quintana (APOC), en lo que será
una nueva presentación del peronismo federal que ya tuvo antecedentes en
Gualeguaychú y Córdoba capital, esta vez en la ciudad de Buenos Aires.
Y Massa ?
Massa no es ajeno a esa movida, el tigrense aparecería en
ese mismo foro más adelante, pero por ahora persiste en su estrategia de estar
fuera de escena y prepararse para lo que venga: una vez por semana visita al ex
ministro Roberto Lavagna en su casa
del barrio porteño de Saavedra para profundizar su conocimiento sobre la
economía. Massa ya se perfiló como un opositor directo y no figura entre los
dirigentes de consulta de Macri, con quien no habla desde hace más de un año,
mientras tanto en ese lote de consultados volvió a aparecer Martín Lousteau.
La nueva “Mesa chica” de Cambiemos
En el plano político, el cimbronazo llevó a Macri a ampliar la mesa chica del
Gobierno con el “indulto” de Emilio
Monzó, el titular de la Cámara de Diputados que limó diferencias con Vidal; y la reincorporación de Ernesto Sanz con aval orgánico de la
UCR nacional y bonaerense, que emitió un comunicado al respecto.
En sus primeros días
en ese rol, el mendocino Sanz ya se
encargó de dejar en claro que mantiene “diferencias” con Peña sobre la articulación política interna de Cambiemos.
Pero hacia afuera, ambos parecen coincidir en que explorar
acuerdos con el peronismo –como proponen Monzó
y el ministro del Interior, Rogelio
Frigerio- no dará buenos resultados debido a que sus dirigentes ya están
embarcados hacia la campaña de 2019. Mientras tanto, surge otro polo de poder
interno en el oficialismo: el grupo de los gobernadores que integran Vidal, el porteño Rodríguez Larreta, el mendocino Cornejo, el jujeño Morales
y el correntino Valdés.
Los mandatarios cenaron el viernes en un restaurante porteño
y acordaron coordinar una postura conjunta de cara a la discusión del
Presupuesto Nacional del año próximo. Se van a reunir cada 15 días como una
forma de plantarse frente a sus colegas peronistas que se muestran críticos del
Gobierno nacional, más ahora que las encuestas le dan la espalda a la Casa
Rosada. Incluso, dan mal los sondeos del equipo de Jaime Durán Barba, quien es atacado duramente por Elisa Carrió.
La recomendación de esos especialistas es que el Gobierno
debe hacerle sentir a la población que no está sola afrontando dificultades
económicas. Por eso se volvió a los timbreos con el propio Macri, aunque en un
territorio amigable como la ciudad de Buenos Aires.
En cambio, Vidal
no participó de la actividad, tan característica del PRO. La vía pública será
escenario, en los próximos días, de diversas protestas –del sindicalismo
tradicional y la izquierda- contra el rumbo económico.
Allí se darán cita desde los Camioneros de Hugo Moyano (otra vez investigado por
la Justicia) el viernes 25 de mayo en la zona del Obelisco, hasta los
movimientos sociales como la CTEP, Barrios de Pie y la CCC que marcharán desde
el interior del país para confluir el 1 de junio frente al Congreso nacional
ambas convocatorias podrían ser muy numerosas.
El próximo acuerdo con el FMI le otorga a estas organizaciones una plataforma para
incrementar la agitación callejera, por supuesto, sin plantear cómo eludirían
un default como el de 2001 sin una inyección de dólares que, salvo el FMI,
nadie parece dispuesto a darla.
El problema es que del país se van por lo menos 30 mil
millones de dólares más que lo ingresados, a causa del déficit de la balanza
comercial, ganancias de empresas foráneas, remesas de los trabajadores extranjeros,
intereses de la deuda y un gasto que creció por el dólar barato: el turismo al
exterior y las compras que efectúan los viajeros.
Pero la disputa política central estará entre Cambiemos, que
procura estabilizarse después del resbalón económico más reciente, y el
peronismo que ya se puso en marcha rumbo a 2019.
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