OTRAS VOCES:
DAÑINA
Por Rubén Lasagno; ( agencia OPI Santa
Cruz)
No hay una calificación más
puntual y descriptiva de la presidenta de la Nación, que la de “dañina”. No se
conoce en el país, a pesar de los grandes dislates políticos que hemos vivido,
con personajes de las más variadas estirpes, que un presidente a un paso de ser
solo memoria en menos de 10 días, se haya dedicado a complicarle tanto la
gestión a su sucesor. Esta actitud infantil, demoledora, pírrica, de Cristina,
muestra de cuerpo entero lo que es el kirchnerismo, o lo que queda de él, un
régimen tóxico construido por ineptos, mendaces, corruptos y dañinos. Lo malo
es que la sociedad ha tardado 12 años en darse cuenta.
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ualquier persona con dos dedos de frente, a un paso de dejar
cualquier actividad, la presidencia de una empresa, un directorio, una jefatura
de departamento o aunque se trate del encargado de un lavadero de autos,
entrega a su sucesor lo que ha gestionado o administrado, con el debe y el
haber, para que quien lo suceda, tenga un punto de partida en su gestión y
busca no complicar la transición y menos el trabajo a futuro. Esto es de buen
funcionario, de correcto empleado, de lógico empresario; en fin, es buena
gente.
Esto no sucede con la presidenta. A nueve días de dejar la
Casa Rosada la presidenta aumentó el fabuloso déficit Fiscal de casi 400 mil
millones de pesos, en otros 5.588 mil millones de la misma moneda.
Cristina, que jamás cumplió un fallo de la justicia, tras el
fallo de la Corte Suprema de Justicia, a 9 días de dejar el poder anuló el
descuento a las provincias y con la excusa de obedecer la demanda (para que hay
180 días), ordenó la devolución de 100 mil millones de pesos a varios
distritos.
En el Banco Central de la República Argentina “dicen” que
quedan de reservas 25.600 millones de dólares, sin embargo será una sorpresa lo
que se van a encontrar cuando abran la bóveda. Hoy dicen que las reservas están
muy por debajo del 2006 y aseguran que cuando se despejen las deudas y los
papeles que son solo nominativos, que figuran como si fueran “pagarés”, los fondos
que restan son inferiores a los que había allí en la época en que se fue la
Alianza.
Con la ANSES fundida, desfinanciada y saqueada, el nuevo
gobierno toma la caja de los jubilados con un rojo histórico, de fondos que
jamás debieran haber salido para otro objeto que el de la clase pasiva.
En los últimos 100 días, el kirchnerismo nombró más de 3000
personas en el estado nacional y en un solo día hicieron ingresar 222 personas
con cargo al erario público.
CFK aumentó el gasto en 133.700 millones con un Decreto de
Necesidad y Urgencia de los que hizo una forma de gobernar y desviar fondos.
“Hay una estrategia comunicacional para
generar ignorantes” ( CFK)
De la misma manera y para sintetizar, trató de comparar
aviones para la Fuerza Aérea, lo cual no prosperó, firmó cláusulas irrisorias
con las mineras, elevó paquetes de leyes al Congreso para su aprobación a libro
cerrado, entre las que van caballos de Troya como la carboeléctrica a la que le
asigna 5 mil millones de pesos anuales y sería interminable el listado de
acciones que jamás hubiera tomado en el momento de su plenitud política y que
apuró en los últimos días, con el solo objeto de incomodarle la gestión al
nuevo gobierno.
A diferencia del kirchnerismo que pone a cualquiera en
cualquier parte a manejar la salud, las empresas del Estado y un ministerio,
solo requiere obediencia, no confrontar ideas, no hablar de más ni pensar, el
macrismo cultiva un perfil exactamente contrapuesto al gobierno que se va,
poniendo a técnicos y profesionales en las áreas que son de su competencia, en
su mayoría gente joven y sin antecedentes penales, como los que poblaron el
kirchnerismo en 12 años.
Lamentablemente debemos decir que la actitud de Cristina
Fernández, lejos de acariciar la grandeza de los que van, se hunde en el fango
de los que en poco tiempo ya no serán recordados por nadie o solo por unos
pocos que aún les deben sus abultados patrimonios que supieron conseguir en
estos 12 años de negocios a costa de todos los argentinos.
Dañina, egocéntrica, chovinista, autoritaria, caprichosa,
narcisista y conceptualmente bipolar, la actual presidenta por unos días más,
sufre como nadie la rabia que impone el síndrome del despojo y reacciona
infantil, pero peligrosamente para el país, como lo haría el niño malo del
barrio que hasta ayer era el único dueño de la pelota y dejaba sin jugar a
quien él quisiera; su problema llegó cuando apareció otro niño con una pelota
más nueva, más grande y que la ofrecía para todos los demás niños de la cuadra
que quisieran jugar. La mandataria está irritable y busca complicarle la
gobernabilidad a su sucesor, para poder gritar por las redes sociales, desde su
exilio en El Calafate, todas las bondades que tenía su gobierno y no puede
sostener Macri. Una infantilidad absurda y conformista, de poca monta, para un
ex presidente.
Una ilusión sin sustento. El daño que pueda causar ahora y
el que seguramente vamos a descubrir que causaron 12 años de desequilibrio,
impunidad, desmanejo, atropello y corrupción, va a ser un capítulo más en la
historia. La misma que se va a cerrar el día 11 cuando Cristina deba dejar los
aviones, Olivos, la Casa Rosada, los edecanes, las cadenas nacionales, la billetera
oficial, los anuncios y se tenga que volver a poner las pantuflas para salir a
caminar por el jardín de su casa.
Demasiado daño ha causado y está causando al país, una mujer
que creyó que podía ser reina y no habría pasado un casting para secretaria de
una empresa. Ordinaria y poco versátil, Cristina sufrió el “cenicientismo” por
12 años y el día 10, la carroza se le vuelve calabaza y nunca más volverá a
gozar de ese poder, porque no existe en el país un ex presidente que haya
podido acceder nuevamente al poder (excepto Perón) y menos aún cuando más del
50% del electorado la eyectó de los planes políticos futuros que tienen los
argentinos para el país, en la próxima década.
De las “chatitas” con la que cruzaba la avenida Roca para
comprar en “Patio Central” en el 2000, a las Louis Vuitton del 2015; de las
Cajas de Ahorro en el Banco Santa Cruz, a las cuentas numeradas en Seichelles;
de comer en “La Guanaca Azul” a gozar en el Mandarín Oriental y de conocer Río
Gallegos-La Plata, a recorrer Europa y el mundo, solo a bordo del Tango 01,
porque junto a Néstor lo más lejos que viajaron juntos, antes del 2003, fue a
Buenos Aires y alguna provincia vecina, Cristina Fernández, es la
transformación más evidente que puede operar el poder en una persona. El mismo
que pierde el día 10 de diciembre, no sin antes hacer todo el daño posible en
la flota del macrismo, para ver si desde su residencia en la villa y sentada
sobre sus cientos de millones conseguidos sin trabajar un día en la actividad
privada, puede transformarse en detractora, crítica y oposición. El problema es
que ya nadie la escuchará.
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