Rafael Calzada:
La felicidad de los
niños florece en los pequeños gestos
Cuanta
tinta se lleva gastada escribiendo hazañas y proezas sub humanas solo realizadas
por los grandes atletas de nuestro
tiempo, cuantas historias cargadas de epopeyas, cuantos sueños realizados…
Muchos
mortales ignoran que cada hazaña y cada proeza tienen su génesis, su explosión
interna literalmente en la infancia, es ahí donde moran los sueños, donde se
generan aquellos héroes que algún día, no muy lejano nos regocijaran con su
gloria.
Los
argentinos sobre estos asuntos conocemos muy de cerca, respiramos ídolos,
consumimos héroes, idolatramos genios y así sucederá por los siglos de los
siglos.
Pero
que hacemos para conservar estas pequeñas escuelas de gladiadores ?, sobretodo
aquellos que la luchan a diario para sacar a nuestros pibes de la calle, a esas
escuelitas de papi futbol perdidas en los barrios sin ninguna ayuda estatal y
apenas sostenidas por la venta de empanadas y tortillas a puro pulmón por un
grupo de padres.
El piberio a pleno en el Defensores de Rafael Calzada |
Mucho
tenemos que aprender de quienes aislados de toda discusión son olvidadas y aun así
la siguen remando, pidiendo nada y entregándolo todo.
Existe
un club de barrio llamado “Defensores de Rafael Calzada”, uno de esos que abundan en la
periferia, cargado de piberios con sueños y ganas de sentirse vivos, donde la
infancia no es muy distinta a la de otros chicos sino algo diferente, pero no
menos inocente.
Alguien
dijo “la felicidad de los niños florece en los pequeños gestos…”, cuanta razón,
pero también hay quienes levantan el guante tomando el desafío como propio y
con poco suelen arrancar sonrisas.
Uno
de esos pioneros y constante Quijote de las causas justas es el vecino de
Calzada, el joven Pablo Vittorioso quien junto a su grupo de amigos de la agrupación
“Grande Alte Brown”, vienen trabajando en silencio a lo largo del distrito
llevando un aliciente a quienes mas lo necesitan a esos clubes de barrio donde
la motivación lo es todo y al fin de cuentas los sueños de los chicos bien
valen la pena.
En
este caso la donación de unas pelotas de papi futbol, fueron la excusa para
compartir un momento de sana distracción, de acompañar y estar presente y sobretodo
que esos chicos sientan que no están solos y que sus sueños puedan seguir
viviendo en la fantasía lógica de una infancia digna, nunca se sabe donde podrá
salir un Messi , un Maradona un Tevez, la oportunidad la deberían de tener
todos, solo depende de los pequeños gestos y a eso apuntan los jóvenes de la agrupación
de Vittorioso, como decía un aforismo
del genial Jose Narosky …” Hay quien tira un vidrio roto en la playa, pero
tambien hay alguien que se inclina a recogerlo”.
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