PARA RECUPERAR LA DEMOCRACIA
Empezó la interna del radicalismo bonaerense. Ricardo Alfonsín lanzó ayer su candidatura a delegado para el Comité Nacional.
Encabezó un acto en el microestadio de Ferro dando un discurso conceptual, haciendo un elogio de la política, pidiendo por la instauración de un democracia social, aludiendo a su padre Raúl, y marcando absolutamente las diferencias con sus contrincantes, la lista que impulsan Leopoldo Moreau y Federico Storani, y que apoya el vice Julio Cobos. No nombró a ninguno de ellos. Dijo: “Hay dos proyectos en la provincia como ocurrió en el 83. Uno que es el de los que aspiran a colocar dos o tres diputados nacionales más para controlar al Gobierno y el de nosotros, que queremos ser Gobierno ”. En los discursos se nombró como aliados de su proyecto nacional a Elisa Carrió, a Hermes Binner y a Margarita Stolbizer.
Alfonsín habló moviendo los brazos de un lado a otro, gesticulando con un tono de voz que recuerda invariablemente a su padre. Cerró su exposición empapado de sudor, ligeramente eufórico: “¡Vamos a ganar las elecciones en el 2011, y en el 2015 también!”.
El estadio entero entonces aplaudió, se escucharon los bombos desde el fondo, se agitaron las banderas y la multitud cantó “¡Al-fon-sín!”. En el escenario, acompañaban al diputado su candidato a presidente del Comité Provincia, Miguel Bazze; el jefe de bloque de los senadores de la UCR, Gerardo Morales; y el ex gobernador del Chaco, Angel Rozas. Alfonsín evitó en todo momento nombrar a sus adversarios. “ No voy agredir, nunca desde la política” , se excusó. Fueron los demás oradores los que criticaron a Moreau, Storani y sus candidatos a delegados al Comité Nacional, Pedro Aizcoti, y al Comite Provincia, Eduardo Santín. Sin nombrarlos, los vincularon directamente al gobierno de los Kirchner .
Dijo Bazze: “No nos resignamos a golpear la puerta de los intendentes del conurbano para pedirle nombramientos. Quremos gobernar la provincia”. Había empezado remarcando que después de 20 años de gobierno peronista, la provincia de Buenos Aires empeoró todos sus índices.
Dijo Morales: “Ahí están esas segundas líneas con conchabos en la ANSeS, cercanos a Boudou. Nosotros queremos consolidarnos como la alternativa. Acá hay un proyecto nacional”.
Rozas fue quizás más duro: dijo que Moreau y Storani actuaban con “egoísmo” porque no veían que Alfonsín tenía algo más que un “apellido ilustre”: “Tiene un volumen político a nivel nacional que es un orgullo”.
Alfonsín fue el más conceptual de todos. Destacó el valor de la política por sobre la sociedad de consumo, celebró a la militancia como salida para la crisis, pidió que se lo siga para concretar una “verdadera democracia social”: se lamentó porque a la pobreza que aqueja la país “se le sumó la desesperanza”. Y pareció hablar sobre los Kirchner cuando dijo que tener al “todo o nada” como precepto es una “irresponsabilidad”: “Lograr consensos no es claudicar en los principios”. En la platea había diputados como Eduardo Costa, de Santa Cruz; Ricardo Gil Lavedra, de Capital Federal; Ulises Forte, de La Pampa; o Carlos Ulrich, de Chaco.
Alfonsín habló moviendo los brazos de un lado a otro, gesticulando con un tono de voz que recuerda invariablemente a su padre. Cerró su exposición empapado de sudor, ligeramente eufórico: “¡Vamos a ganar las elecciones en el 2011, y en el 2015 también!”.
El estadio entero entonces aplaudió, se escucharon los bombos desde el fondo, se agitaron las banderas y la multitud cantó “¡Al-fon-sín!”. En el escenario, acompañaban al diputado su candidato a presidente del Comité Provincia, Miguel Bazze; el jefe de bloque de los senadores de la UCR, Gerardo Morales; y el ex gobernador del Chaco, Angel Rozas. Alfonsín evitó en todo momento nombrar a sus adversarios. “ No voy agredir, nunca desde la política” , se excusó. Fueron los demás oradores los que criticaron a Moreau, Storani y sus candidatos a delegados al Comité Nacional, Pedro Aizcoti, y al Comite Provincia, Eduardo Santín. Sin nombrarlos, los vincularon directamente al gobierno de los Kirchner .
Dijo Bazze: “No nos resignamos a golpear la puerta de los intendentes del conurbano para pedirle nombramientos. Quremos gobernar la provincia”. Había empezado remarcando que después de 20 años de gobierno peronista, la provincia de Buenos Aires empeoró todos sus índices.
Dijo Morales: “Ahí están esas segundas líneas con conchabos en la ANSeS, cercanos a Boudou. Nosotros queremos consolidarnos como la alternativa. Acá hay un proyecto nacional”.
Rozas fue quizás más duro: dijo que Moreau y Storani actuaban con “egoísmo” porque no veían que Alfonsín tenía algo más que un “apellido ilustre”: “Tiene un volumen político a nivel nacional que es un orgullo”.
Alfonsín fue el más conceptual de todos. Destacó el valor de la política por sobre la sociedad de consumo, celebró a la militancia como salida para la crisis, pidió que se lo siga para concretar una “verdadera democracia social”: se lamentó porque a la pobreza que aqueja la país “se le sumó la desesperanza”. Y pareció hablar sobre los Kirchner cuando dijo que tener al “todo o nada” como precepto es una “irresponsabilidad”: “Lograr consensos no es claudicar en los principios”. En la platea había diputados como Eduardo Costa, de Santa Cruz; Ricardo Gil Lavedra, de Capital Federal; Ulises Forte, de La Pampa; o Carlos Ulrich, de Chaco.
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