CLAYPOLE: HISTORIAS DE APARECIDOS

Mitos urbanos:

El decapitado que deambula por la calle Monjitas

Claypole, conserva aun en formol, su espíritu de pueblo lejano, arboledas añosas, casas bajas y alguna que otra casona, señal que existieron tiempos mejores y dentro del paisaje, fantasmas que cavilan por la noche.

Sobre mitos urbanos, aparecidos y fenómenos extraños esta repleto el conurbano, algunos de tan difundidos, hasta forman parte de la vida cotidiana, las historias de tan aterradoras suelen ser increíbles y en ese punto es cuando hay que detenerse, solo historias ?

Lo cierto es que nadie se atreve a desafiar estas apariciones, ningún mortal los busca, solo suceden y sin horario fijo.

La noche, señora seductora, juega con su silencio,  las sombras mortecinas de una luz de mercurio bamboleante, caen  sobre la solitaria calle Monjitas o “Las monjitas” como les gusta decir a los viejos habitantes de Claypole.

 Monjitas!!! que nombre tan sugestivo para bautizar una calle, aunque su actual nombre es Jose Ignacio Rucci, nadie la nombra de esa manera, solo Monjitas a secas.

Noche cerrada de invierno, pasadas las 22 horas casi nadie en la calle, apenas una remiseria al comienzo y nada mas que eso, Dominga Z, regresa de su trabajo como todas las noches, camina apurada rumbo a la plaza que se encuentra a cuatro cuadras y de ahí y  en diagonal enfila rumbo a su barrio. Todos los días la misma rutina, poca gente en la calle, sorteando el peligro y esquivando perros que le ladran al pasar.

Hasta que un día del lluvioso invierno de 2007, le sucedió a Dominga lo que siempre temía, pero que jamás se imaginaria ver de frente lo que le habían contado.

Dominga Z no es de las que se puede tildar de miedosa, por el contrario, por necesidad sacaba coraje de donde no tenia, no por casualidad repetía el mismo trayecto en horas nocturnas los casi 20 años al regresar de su trabajo de capital.

Pero esa noche no fue la misma bucólica travesía de Dominga Z, fue muy diferente, demasiado diferente, casi a mitad de la calle se le para de frente, la figura fantasmal de un aparente  joven, algo  robusto, no muy alto, pero con una particularidad, le faltaba parte de su rostro, como si se lo hubieran rebanado, tal fue el susto de la mujer que se llevo las dos manos a la cara y quedo paralizada, según ella fueron segundos eternos, miro para adelante y siguió apurada, con un nudo en la garganta propio de quien ve lo que en su vida no quisiera ver jamás , para que nombrarlo, no?.

Según relata  la asustada mujer, ella se dio vuelta pensando que solo fue su imaginación, el cansancio o de pura curiosa, lo espeluznante fue que a pocos metros de ahí, la figura fantasmal seguía estando, pero recostado sobre un negocio.

Hoy Dominga ya jubilada, relata este encuentro con personas que dejaron este mundo, como algo normal y afirma no ser la única que vio al aparecido de la calle Monjitas.

Este ultimo 6 de Enero, una pareja que transitaba en la madruga por la calle Monjitas, le contaba a sus padres y luego en ruedas de amigos que lo que vieron no se lo van a olvidar por el resto de sus vidas.

Vieron a un hombre sin cabeza, sentado en la vereda de un local, primero fue la mujer quien lo diviso y codeo a su pareja para que lo viera, algo incrédulo, el hombre le dijo que era un muñeco transparente, el tema es que esa alma se levanto y comenzó a levitar, el susto de la pareja fue tan grande que no pararon de correr hasta llegar a Felix Lora, perdiéndose con dirección a la sede del club Claypole , absolutamente aterrados se refugiaron en la casa de una tía .

Versiones hay muchas, algunos escépticos dicen que se trataría de un bromista, otros creen que es parte de la magia negra que se instalo cerca del lugar, algunos afirman que es el alma en pena del hijo de un carpintero que se ahorco hace muchos años y otros que es el fantasma de un muchacho que murió trágicamente en un accidente automovilistico en los años 90 y que en vida solía frecuentar la calle Monjitas .

Lo cierto que este caso se suma a los tantos misterios que circulan por el conurbano, sumado al angelito del arco de Calzada, la dama de blanco del cementerio de Lomas, la mujer rubia que saluda y desaparece en el colectivo 263 pasando el puente rumbo a Solano, etc, etc, mitos y leyendas urbanas que por las dudas mejor no experimentarlas, pero que siguen ahí  flotando en el relato de los tiempos.